Inversión extranjera directa creció de manera desigual en el primer semestre

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Nueva York, Estados Unidos, octubre 20.- Los flujos mundiales de inversión extranjera directa en el primer semestre de 2021 alcanzaron una cifra estimada de 852.000 millones de dólares, evidenciando una recuperación más sólida de lo esperada, destaca un nuevo informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. El crecimiento de los flujos durante los dos primeros trimestres sirvió para recuperar más del 70% de las pérdidas ocasionadas por la pandemia de COVID-19 durante 2020. "La rápida recuperación de la inversión extranjera directa y las positivas perspectivas ocultan su creciente disparidad entre las economías desarrolladas y en desarrollo, así como el retraso en la recuperación generalizada de la inversión en capacidad productiva. Además, siguen abundando las incertidumbres", afirmó James Zhan, director de inversión y empresa del organismo. El mayor crecimiento es para las economías desarrolladas Las economías desarrolladas registraron el mayor aumento, con inversión extranjera estimada en 424.000 millones de dólares durante el primer semestre de 2021, lo que supone más del triple respecto al nivel excepcionalmente bajo de 2020. Los flujos de inversión extranjera directa también crecieron significativamente en las economías en desarrollo al sumar un total de 427.000 millones de dólares en el primer semestre de 2021, con una aceleración del crecimiento en Asia oriental y sudoriental, una recuperación a niveles cercanos a los anteriores a la pandemia en América Central y del Sur, y repuntes en varias otras economías de África y Asia occidental y central. Entre el total del "aumento de recuperación" de los flujos mundiales de inversión extranjera directa en el primer semestre de 2021, que fue de 373.000 millones de dólares, el 75% se registró en las economías desarrolladas. Los países de renta alta duplicaron con creces las entradas trimestrales de inversión extranjera directa respecto a los niveles mínimos de 2020, las economías de renta media experimentaron un aumento del 30% y las de renta baja un nuevo descenso del 9%. Los inversores se enfrentan a un panorama desigual La creciente confianza de los inversores se manifiesta sobre todo en las infraestructuras, impulsada por las favorables condiciones de financiación a largo plazo, los paquetes de estímulo para la recuperación y los programas de inversión en el extranjero. Las operaciones de financiación de proyectos internacionales aumentaron un 32% con incrementos considerables en la mayoría de las regiones de renta alta y en Asia y Sudamérica. En cambio, la confianza de los inversores en la industria y en las cadenas de valor mundiales sigue siendo inestable. Los anuncios de proyectos de inversión en nuevas plantas continuaron su trayectoria decreciente, así como el número de nuevos planes en sectores como la electrónica, la automoción y los productos químicos que sufrieron un descenso todavía mayor. La recuperación de los flujos de inversión en los sectores relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible en los países en desarrollo, que bajaron durante la pandemia en registros de dos dígitos en casi todos los sectores, sigue siendo frágil. La financiación internacional de proyectos en energías renovables y servicios públicos sigue siendo el sector de mayor crecimiento. Sin embargo, el número de planes de inversión relativos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible en los países menos desarrollados sigue disminuyendo precipitadamente. Las perspectivas globales superan las previsiones Las perspectivas globales de inversión extranjera directa para todo el año han mejorado con respecto a las previsiones anteriores. Aunque las tendencias señalan unas tasas de crecimiento más moderadas que las del primer semestre del 2021, es probable que el impulso actual y el crecimiento de la financiación internacional de proyectos hagan que los flujos de inversión extranjera directa vuelvan a superar los niveles anteriores a la epidemia de COVID-19. La duración de la pandemia del coronavirus y el ritmo de las vacunaciones, especialmente en los países en desarrollo, así como la velocidad de aplicación de los estímulos a la inversión en infraestructuras, siguen siendo importantes factores de incertidumbre. Otros factores de riesgo importantes, como los cuellos de botella de la mano de obra y la cadena de suministro, los precios de la energía y las presiones inflacionistas, también afectarán a los resultados del último año.