Durante el 2022 la economía de Baja California estuvo cargada de espejismos estadísticos por el gobierno del Estado, señaló el Centro de Estudios Económicos en su análisis semanal. “Con base en una de las mayores manipulaciones estadísticas de que se tenga registro, los operadores económicos del gobierno estatal se dedicaron a crear a través de sus boletines, imágenes surrealistas de una economía que según ellos ya se recuperó de los daños de la pandemia, lo cual no solamente es falso, sino que la situación de Baja California va de mal en peor”, señala el influyente organismo económico fronterizo. Y recuerda que el crecimiento del Producto Interno Bruto para Baja California que dio a conocer el INEGI de 8.2% resulta de un rebote estadístico luego del hundimiento del 3.7 por ciento del 2020, año del estallido de la pandemia. Y agrega: Las cifras, que por razones de compilación de datos se dan a conocer casi un año después del cierre, a primera vista muestran una importante recuperación y de hecho se trata de la cifra más alta desde el año 2000 cuando el PIB estatal creció 9.6 por ciento. Sin embargo, no se debe caer en espejismos estadísticos y también recordar que crecimiento y desarrollo son conceptos diferentes. En el primer caso no debe perderse de vista que se trata de un rebote estadístico como resultado de la recesión del 2020, de hecho el INEGI documenta que hubo entidades como Quintana Roo y Baja California Sur que tuvieron un escandaloso crecimiento de 16 y 15.8 por ciento respectivamente. ¡Imagínese una entidad con esos niveles de crecimiento! Ya se estarían yendo todos los mexicanos a esos estados, pero no, se trata de un espejismo estadístico igual que en Baja California. Por lo que toca al segundo elemento planteado, el Producto Interno Bruto fue creado en 1937 por Simon Kuznets, quien lo presentó como una herramienta de medición de la producción económica de Estados Unidos; años más tarde, la Conferencia de Bretton Woods lo validó como el principal indicador macro económico nacional y desde entonces ha sido considerado como la medida más ampliamente aceptada de la condición económica de un país, aunque desde el inicio el Premio Nobel de Economía en 1971, alertó al Congreso de Estados Unidos en 1934, cuando presentó el concepto de PIB, que la magnitud medía sólo, con pequeñas excepciones, aquellas actividades productivas que tenían reflejo en transacciones monetarias A pesar de la advertencia de Kuznets, desde finales de la Segunda Guerra Mundial la política económica de los países se fijó como norte el crecimiento del PIB por habitante, en el entendimiento de que llevaba aparejada una mejora del bienestar social. PROGRESO SOCIAL Luego el CEEBC se refiere a un importante indicador social que obviamente el gobierno del Estado no maneja que es el Progreso Social. En este sentido el organismo refiere lo siguiente: Siguiendo el señalamiento de Kuznets, en el terreno de la realidad de las personas el PIB no opera para una mejora social ya que incluye la publicidad de cigarrillos, el costo y mantenimiento de las ambulancias que atienden los accidentes en nuestras autopistas. Cuenta la fabricación de las cerraduras de nuestras puertas y los gastos en publicidad en televisión para vender múltiples productos, entre otros datos, pero no toma en cuenta la salud de la familia, la calidad de su educación, la alimentación en fin, mide todo, menos aquello que da valor a la vida de los ciudadanos y como expresan numerosos analistas, la medición de una nación por el PIB se convierte muchas veces en una cortina para ocultar la realidad que vive la mayoría de sus habitantes, pues no mide la desigual distribución de las riquezas, la extracción de las ganancias por las empresas transnacionales y las políticas socio-económicas que esgrimen los diferentes gobiernos. En este sentido, debemos recuperar la medición de México, ¿cómo vamos? que presentó su Índice de Progreso Social (IPS) “que es una medición del desempeño social. El Índice está basado en un rango de indicadores sociales y ambientales que capturan tres dimensiones del progreso social: Necesidades Humanas Básicas, Fundamentos del Bienestar y Oportunidades. Toma valores entre 0 y 100, donde 0 es el menor progreso social posible y 100 el máximo progreso social posible. “Aunque esta medida es independiente de indicadores económicos, no busca reemplazarlos sino complementarlos. Su propósito principal es evaluar aquellas preguntas que realmente importan en la vida de las personas: ¿tengo un hogar que me brinde protección? ¿tengo suficiente para comer? ¿tengo acceso a educación?”. De tal manera que al comparar estos indicadores desde el año 2016 hasta el 2021 nos muestra la auténtica realidad de los bajacalifornianos y muy diferente de la cifra del PIB que difundió el INEGI. El IPS que considera las Necesidades Humanas Básicas “como aquellas condiciones esenciales que una persona debe satisfacer para tener una calidad de vida mínima: alimentación sana y suficiente, agua y saneamiento, una vivienda digna, y la protección a su integridad física y mental”, presentó para Baja California el menor nivel del los últimos seis años al colocar su Índice en 67.2 puntos. El IPS en sus dimensiones maneja una puntuación del 0 al 100 —donde 0 es la peor calificación y 100 la mejor puntuación posible. Las cinco entidades mejor evaluadas fueron Ciudad de México, Aguascalientes, Nuevo León, Querétaro y Jalisco, en ese orden.