Los pagos inmediatos están impulsando la transformación digital y la inclusión en América Latina

foto-resumen

Por Douglas Randall, María Teresa Chimienti y Guillermo Galicia Rabadan Transferir dinero ha sido históricamente una tarea compleja y costosa. Podría requerir viajar a una sucursal bancaria durante el horario comercial, pagar una comisión y esperar varios días para que el destinatario reciba los fondos. La introducción de las billeteras digitales redujo algunas de estas fricciones, pero muchas de ellas se mantuvieron debido a la falta de interoperabilidad de las infraestructuras de pago y la ausencia de condiciones de competencia plena en los mercados. Sin embargo, en los últimos cinco años, el crecimiento de los pagos inmediatos —aquellos pagos que se pueden realizar las 24 horas del día, los 7 días de la semana con disponibilidad de fondos en tiempo real para el beneficiario—ha transformado los ecosistemas financieros digitales al impulsar mejoras en la asequibilidad, la interoperabilidad y la experiencia del usuario. Al menos una docena de países de América Latina y el Caribe (ALC) han desarrollado sistemas de pago inmediato (FPS, por sus siglas en inglés). Los FPS son las plataformas de infraestructura subyacente y el conjunto de reglas comunes que admiten pagos inmediatos para impulsar la transformación digital y la inclusión. Desde Sinpe en Costa Rica hasta Pix en Brasil, pasando por SPI en Paraguay y México millones de consumidores en toda la región ahora pueden realizar pagos digitales gratuitos o de bajo costo desde sus celulares móviles y los destinatarios reciben los fondos en segundos, independientemente de su institución financiera. Estas iniciativas han ayudado a fomentar la competencia y la innovación, al establecer condiciones equitativas para los distintos proveedores de servicios de pago, ya sean grandes bancos tradicionales, instituciones financieras cooperativas o nuevos actores de tecnología financiera. Un nuevo informe del Banco Mundial analiza datos recientes sobre FPS en 11 países de ALC y ofrece mensajes de política para apoyar el desarrollo de los pagos inmediatos. El informe encuentra que el punto de inflexión clave comenzó alrededor de 2020, cuando comenzaron las implementaciones de FPS en siete países de ALC, coincidiendo con un fuerte aumento en la demanda de pagos digitales por parte de los consumidores catalizada por la pandemia de COVID-19. El análisis muestra que el número de transacciones de pago inmediato se ha multiplicado por 130 en los últimos ocho años, de 620 millones en 2017 a 79,8 mil millones en 2024. Los pagos inmediatos están impulsando el crecimiento de los pagos digitales en ALC: en 2024, los pagos inmediatos representaron el 45 por ciento del volumen de pagos digitales, frente al dos por ciento en 2017, y superaron a los pagos con tarjeta por primera vez. El informe también muestra que los 11 países de la región han seguido diferentes trayectorias en la adopción de los FPS. Los bancos centrales han sido actores clave a través de sus diversos y cambiantes roles como supervisores de sistemas de pago, reguladores, catalizadores y, cada vez más, operadores. Los bancos centrales ahora operan FPS en Brasil, Bolivia, Costa Rica, El Salvador, México y Paraguay. Las opciones de diseño de FPS, incluidos los casos de uso implementados, los canales de acceso y la funcionalidad de alias, así como los modelos de gobernanza e interoperabilidad, también explican las trayectorias divergentes de los FPS en ALC. A fecha de 2024, tres países han surgido como los de mejor desempeño regional en términos de volúmenes de transacciones de FPS: Brasil, Argentina y Costa Rica (ver Figura 3). Bolivia, México, Paraguay y Perú también han experimentado un crecimiento fuerte y sostenido en los pagos inmediatos desde 2020, a medida que sus ecosistemas han ido madurando. En varios países, los pagos inmediatos también están ganando competitividad dentro el ecosistema: en Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Perú, los pagos inmediatos ya representan más del 40 por ciento de los volúmenes de pagos digitales.