Ciudad de México, agosto 5 (Arena Pública).- La debilidad de la manufactura ya es motivo de preocupación, más aún cuando es el sector con más peso en la economía mexicana, con un aporte del 21%. Pues bien, todos los indicadores recientes apuntan a una marcada y prolongada desaceleración, como la nueva caída en los pedidos manufactureros al mes de julio. En el primer mes del segundo semestre, julio, el Indicador de Pedidos Manufactureros (IPM) cayó 0.75 puntos, por segundo mes consecutivo, a 48.77 puntos, (con datos desestacionalizados) y acumula una caída de 4.75 puntos desde febrero, cuando tocó su máximo nivel en el año (53.52), confirmando la fuerte y prolongada desaceleración de la demanda en México. Al interior del IPM para julio, cayeron 4 de los 5 indicadores que lo componen, destacando la fuerte caída de los "pedidos" con (-)4.95 puntos. La "producción" subió 0.72 puntos, aunque aún se mantiene en zona de contracción. Por sectores, las caídas más significativas en el último año (jul'24 vs jul'23) se encuentran en Equipo de transporte, Industria química y derivados del petróleo, y Alimentos, bebidas y tabaco. A su vez, el pasado jueves se publicó el indicador paralelo en Estados Unidos, el Índice de Gerentes de Compras de Manufacturas (PMI-ISM) a julio que también cayó a 46.8 puntos, muy por debajo del pronóstico del mercado (48.8), acumulando cuatro meses consecutivos de caídas. El PMI-ISM es un indicador relevante para la economía mexicana dada su alta correlación con el dinamismo del sector exportador del país. Y un dato más que corrobora la situación de la manufactura al inicio del segundo semestre: En julio el Indicador IMEF Manufacturero disminuyó (-) 1.7 puntos respecto al mes anterior, permaneciendo en zona de contracción por cuarto mes consecutivo al registrar un nivel de 47.1 unidades. Mientras que el Indicador IMEF No Manufacturero bajó marginalmente (-) 0.1 puntos respecto a junio, cerrando ligeramente arriba del umbral de 50 unidades. Aunque acumula ya 30 meses en esta zona, en los últimos meses el Indicador ha perdido fuerza. Ambos indicadores sugieren que la economía mantiene un lento ritmo de expansión y que, en el caso de las manufacturas, se ha consolidado una contracción. Julio Santaella, expresidente de Inegi, ofreció su interpretación: "La debilidad del IPM es tan duradera y significativa, que incluso el componente de tendencia-ciclo pasó a terreno de contracción: 49.5 puntos; esto no sucedía desde la crisis financiera global de 2008". Es evidente que el estancamiento observado en el sector industrial estadounidense ha impactado a las manufacturas mexicanas en el primer semestre del año y, dada la desaceleración en el vecino del norte, la tendencia bajista continuará en el segundo semestre. Pero, además, existen agravantes a la tendencia negativa: La caída en la demanda por menor inversión pública, y la mayor incertidumbre política interna y en la relación comercial entre Méx-EU que ya retrasó -por lo pronto- importantes planes de inversión automotriz.