La disminución de las tasas de fertilidad y el envejecimiento de la fuerza laboral podrían plantear desafíos significativos para las economías a nivel global, representando riesgos para el crecimiento, los mercados laborales, el consumo y las finanzas públicas. Con dos tercios de la humanidad viviendo en países con tasas de fertilidad por debajo del nivel de reemplazo de 2.1 hijos por familia, los cambios en la estructura poblacional, que antes eran de interés solo para demógrafos y actuarios, se han convertido en una preocupación global. Un nuevo informe del McKinsey Global Institute, “¿Dependencia y despoblación? Enfrentando las consecuencias de una nueva realidad demográfica”, destaca que el declive de las tasas de natalidad es severo, de largo alcance y afectará tanto a las economías emergentes como a las avanzadas. A menos que se actúe ahora, las olas demográficas venideras no sólo impactarán el crecimiento del PIB, sino también los mercados laborales, los sistemas de pensiones, la transferencia de riqueza y el mapa de consumo, alterando fundamentalmente el funcionamiento de las sociedades. “Nuestros sistemas económicos, diseñados para funcionar con poblaciones en edad laboral en crecimiento, están en un punto de inflexión. En las economías avanzadas y en China, lo que llamamos la primera ola, el crecimiento del PIB per cápita podría desacelerarse hasta en un 0.8 % anual en algunos países durante el próximo cuarto de siglo, a menos que el crecimiento de la productividad se cuadruplique o las horas trabajadas por persona aumenten en hasta cinco horas adicionales por semana”, señala Chris Bradley, socio sénior de McKinsey y director del McKinsey Global Institute. De cara al 2030, México se encuentra en un momento clave para garantizar un futuro próspero, cuando se prevé que la población en edad de trabajar alcance su máximo pico y comience el envejecimiento poblacional. Ante este desafío, Marc Canal, Senior Fellow del Instituto Global McKinsey, señala la importancia de optimizar las finanzas públicas y de incrementar la productividad a través de inversiones estratégicas. igual que ya ocurre en economías avanzadas, los países emergentes, incluido México, vivirán el fenómeno de llegar a su pico de productividad en la próxima década. Este cambio es resultado de la caída en las tasas de natalidad y el crecimiento de una población cada vez más envejecida, lo que coloca a las naciones en una situación de transformación demográfica. Marc Canal enfatiza que, a partir del 2010, las economías avanzadas experimentaron la primera ola de envejecimiento poblacional, y que México será parte de la segunda ola, la cual llegará más rápido de lo que se espera. Para 2030, el país alcanzará su máximo número de personas en edad de trabajar. ¿Cómo se preparará México para el cambio demográfico del 2030? A lo largo de los últimos años, México ha disfrutado de un bono demográfico que ha impulsado su Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, pero Canal advierte que este beneficio desaparecerá en los próximos 25 años. Sin embargo, esto también abre una ventana de oportunidad: el reto será cómo canalizar el potencial de la fuerza laboral joven y generar las condiciones necesarias para mantener una economía dinámica y resiliente. El envejecimiento poblacional conlleva importantes retos para las finanzas públicas, especialmente en los sistemas de pensiones, salud y cuidados. Canal menciona que, para 2050, la relación entre personas en edad de trabajar y personas mayores de 65 años pasará de ocho a cuatro por cada adulto mayor, lo que pondrá presión sobre los recursos de los países. Ante este panorama, el experto subraya que las economías emergentes deben empezar a repensar sus sistemas de pensiones y el mercado laboral a largo plazo. La clave será fomentar la productividad y aprovechar las áreas de oportunidad que presentan sectores como la participación laboral y la eficiencia económica, donde México y América Latina tienen un gran potencial para destacarse. Este momento histórico ofrece la oportunidad de transformar desafíos en ventajas competitivas, asegurando que la próxima década sea de crecimiento y bienestar para las generaciones futuras.