En ninguna época en la historia de Baja California se puede decir que la utilidad de la pobreza haya sido tan fomentada por un gobierno, como está sucediendo actualmente con Marina del Pilar, con quien en febrero de este año se rompió el récord de ocupados de 1 y 2 Salarios Mínimos (SM) al colocar la cifra en 481 mil 675, trabajadores, esto de acuerdo con las cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social, que miden el empleo formal. Datos escalofriantes, los difundidos por el IMSS, los cuales indican que el 48.5 por ciento de los trabajadores se encuentran en ese rango salarial, luego de crecer 31% con respecto a diciembre, por lo que de continuar este crecimiento, en breve alcanzará el medio millón de ocupados bajacalifornianos con precariedad salarial pues solamente con Marina del Pilar se agregaron a ese rubro algo más de 90 mil, es decir en promedio 22 mil 500 por mes. Más brutal es que mientras en el IMSS están registrado 995 mil 803 trabajadores, por fuera, en el sector informal se registra otro récord de ocupados con 713 mil 381, que proporcionalmente representa en 71.7 por ciento de los adscritos al IMSS, pero si se compara con los datos del IMSS para diciembre se eleva al 75 por ciento. En términos humanos lo anterior significa sufrimiento y degradación para una población que durante muchos años gozó de los mejores niveles de calidad de vida a nivel nacional y que hoy tiene al 40 por ciento de los hogares con ambos jefes trabajando e incluso alguno de ellos con dos empleos (460 mil); a un tercio de los hogares que vive de las remesas que les envían desde Estados Unidos y a más 700 mil trabajadores en la informalidad.