Londres, Inglaterra, febrero 17.- os precios del oro se mantuvieron cerca de máximos históricos durante la sesión de negociación del viernes en Londres, ya que el presidente estadounidense, Donald Trump, retrasó sus planes de aplicar aranceles recíprocos, lo que llevó a los mercados financieros a adoptar una postura de riesgo. La caída del dólar tras la decisión de Trump brindó apoyo al oro, que lo llevó a aproximadamente 2.900 dólares por onza troy. A pesar de las especulaciones sobre la posibilidad de que Estados Unidos intervenga para poner fin al conflicto en curso entre Rusia y Ucrania, la demanda de oro se mantuvo sólida. La sugerencia de Trump de posibles conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania no logró frenar el repunte del metal amarillo, ya que los operadores siguieron centrados en la incertidumbre económica y las preocupaciones por la inflación. Los precios del oro siguen en ascenso, impulsados por los persistentes temores inflacionarios y la postura de la Reserva Federal sobre las tasas de interés. El oro se encaminaba a subir aproximadamente un 2,5% durante la semana, lo que marca su séptima semana consecutiva de ganancias. La orden ejecutiva de Trump de explorar aranceles recíprocos sobre los principales productos estadounidenses aumentó la incertidumbre del mercado, lo que impulsó aún más la demanda de activos de refugio seguro como el oro. La confirmación por parte del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, de que es probable que las tasas de interés se mantengan sin cambios durante un período prolongado también influyó en el repunte del oro. Si bien los mayores rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos suelen afectar al oro, los inversores han recurrido al lingote como cobertura contra las preocupaciones actuales sobre la inflación. El impulso del oro se ve respaldado por la herramienta CME FedWatch, que señala una mayor probabilidad de que las tasas se mantengan estables hasta junio. Esto, combinado con las tensiones geopolíticas, en particular en torno a la OTAN y Ucrania, ha provocado una mayor debilidad del dólar estadounidense, lo que ha mejorado aún más el atractivo del oro. La inminente fecha límite de abril para que los socios comerciales de Estados Unidos impongan restricciones a importantes productos estadounidenses ha mejorado la confianza del mercado, ya que permite más tiempo para las negociaciones con Washington. La imposición previa por parte de Trump de aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio sigue influyendo en la dinámica del mercado. La salida del oro de una fase de consolidación que comenzó en octubre, junto con las medidas comerciales de Trump, indican que la tendencia alcista continúa. Los aranceles al sector industrial, en particular al acero y al aluminio, han alimentado las preocupaciones sobre posibles interrupciones en las cadenas de suministro de las empresas estadounidenses. A pesar de la incertidumbre geopolítica más amplia, es probable que la fuerte demanda de los bancos centrales y las expectativas de un recorte de tasas por parte de la Reserva Federal respalden al oro en el largo plazo. Los operadores siguen anticipando nuevas ganancias, con objetivos clave que ahora superan los 3.000 dólares por onza.