En la que sin duda pasará a ser la mentira más grande de la historia en el tema económico de Baja California, el llamado secretario del Trabajo en el Estado, Sergio Martínez López, abrió la boca para inventar que “se generaron más de 94 mil nuevos empleos en el Estado durante el 2020”. La mentira, que supera con mucho a la de Mario Escobedo cuando puso a Baja California como el principal receptor de inversión extranjera a nivel mundial, se quiso sustentar con datos inventados, atribuyéndoselos falsamente al IMSS aunque en concreto, se hizo una porquería con las cifras de empleo formal. El dato real es que el Estado, en lo que se refiere solamente al sector formal y tomando como punto de referencia marzo, mes en el que estalló la pandemia, que es el referente que marcaron a nivel mundial los generadores de estadística económica, el IMSS documenta un aumento solamente de 1,350 empleos, dato totalmente coherente con la brutal caída del 18.6% del Producto Interno Bruto estatal, la mayor de todos los tiempos. En este sentido, el INEGI, que mide la totalidad del mercado de trabajo, documentó hasta el tercer trimestre del 2020 la mayor pérdida de empleos de la historia con menos 113,021; peor aún, las cifras de contexto son brutalmente malas: Cerca de 46 mil trabajadores no tienen empleo ni esperanzas de encontrarlo, lo cual se respalda con el hecho de que por agregado, más de 302 mil bajacalifornianos, la mayor cifra de la historia, salieron del mercado de trabajo debido a la escasa oferta laboral y además sin garantía de encontrar ocupación una vez pasada la pandemia, de la cual el consenso es que se extenderá hasta finales de este año. Las cifras son preocupantes, tanto porque el INEGI está midiendo el empleo en su totalidad, a diferencia del IMSS que solamente mide trabajadores asegurados, como por el hecho de que estas cifras superan con mucho las pérdidas de la Gran recesión 2008-2009 lo cual como señaló en su momento el Centro de Estudios Económicos de Baja California, tiene encaminada a la entidad hacia otra década pérdida. El daño al mercado de trabajo es tales dimensiones que la llamada Tasa de Participación Económica, que representa al número de personas que están trabajando y las que están buscando empleo, se colocó en 57 por ciento, que es la cifra más baja de la historia, con una caída de 6 puntos porcentuales en el periodo de gobierno de Jaime Bonilla. No queda duda que la declaración del empleado estatal fue un atentado contra la inteligencia de los bajacalifornianos, quienes además de estar enfrentando la peor situación económica, han padecido en muchos casos la pérdida de familiares por el COVID-19 y ahora les salen con que todo está muy bien; cabría agregar, desde el escritorio del empleado Martínez López, quien debería salir a las calles para ver la desgracia en que se encuentra la economía del Estado. Unos datos finales: En diciembre la economía estatal borró 18 mil 402 puestos de trabajo y si de mide en términos anualizados el saldo fue de 27 mil 952 asegurados más (el CEEBC estimó en 27 mil 288 la cifra en un análisis en octubre), la mayor parte provenientes de las regularizaciones por el outsourcing en Tijuana, luego de las amenazas de Andrés Manuel López Obrador, así que nada para enorgullecerse y de los salarios ni hablar.