A unos meses de dejar el gobierno, Jaime Bonilla no solamente se irá dejando a un estado en recesión, sino una población más empobrecida y con una adeudo de un cuarto de millón de empleos, que son los bajacalifornianos que salieron del mercado de trabajo porque no encontraron un trabajo decente, en general bien pagado. De acuerdo con un análisis del Centro de Estudios Económicos de Baja California con cifras del INEGI, durante el año pasado se perdieron 71 mil 915 puestos de trabajo, de los cuales en el primer semestre se recuperaron 32 mil 231, lo cual parecería optimista; sin embargo, además de los empleos que se deben empujar para recuperar los perdidos, se deben sumar 250 mil 649 que salieron del mercado de trabajo por no encontrar un empleo adecuado a sus necesidades con la atenuante de que la mayor parte había salido entre el cuarto trimestre del 2019, cuando ya estaba Bonilla y el primer trimestre del 2020, es decir antes de que estallara la pandemia y cuando la economía en su conjunto se estaba contrayendo. A este problema se le debe agregar que el poder real de los salarios cayó en promedio 21.3 por ciento de acuerdo con datos de la Organización Internacional del Trabajo, así que una bomba de tiempo es la que estará heredando al nuevo gobierno de Marina del Pilar, quien no se ha distinguido por el buen manejo de las variables económicas.