Washington, DC, mayo 11.- La tasa anual de inflación en Estados Unidos se moderó ligeramente en abril colocándose en 8.3 por ciento -dos décimas por debajo de la de marzo-, informó la Oficina de Estadísticas Laborales. La subida mensual de los precios de consumo fue de 0.3 por ciento. El crecimiento de los precios al consumidor en Estados Unidos se desaceleró en abril, debido a que los precios de la gasolina cayeron de los máximos históricos, lo que sugiere que la inflación probablemente haya tocado techo, aunque es probable que se mantenga alta por un tiempo y mantenga el pie de la Reserva Federal pisando el freno para enfriar la demanda. El índice de precios al consumidor que excluye alimentos y energía, aumentó 0.6% respecto al mes anterior y 6.2% desde abril de 2021, según datos del Departamento de Trabajo. El IPC más amplio aumentó 0.3 % respecto al mes anterior y 8.3 % sobre una base anual. El incremento mensual contrastó fuertemente con el aumento de 1.2% del IPC en marzo, que fue el mayor avance desde septiembre de 2005. Se proyectó que el IPC subyacente aumentaría un 0.4% respecto al mes anterior, mientras que el indicador principal aumentaría un 0.2%, según una encuesta a economistas de Bloomberg. No obstante, un reporte de Reuters señala que la desaceleración del IPC probablemente sea temporal. Los precios de la gasolina, que representaron la mayor parte del retroceso en la tasa de inflación mensual, están aumentando de nuevo y rondaban los 4.161 dólares por galón a principios de esta semana después de caer por debajo de los 4 dólares en abril, según la Administración de Información de Energía. En cualquier caso, la inflación sigue disparada y en sus niveles más elevados en cuarenta años. Los precios de la energía (que incluyen gasolina, crudo, electricidad y gas natural) subieron en los últimos doce meses 30.3 por ciento, empujados por el encarecimiento del crudo, de 80.5 por ciento, mientras que la gasolina subió 43.6 por ciento. Los precios de los alimentos, por su parte, subieron 9.4 por ciento en un año, especialmente los relativos a compras en el supermercado, que aumentaron 10.8 por ciento, mientras que los de la comida en restaurantes se incrementaron 7.2 por ciento. Si se excluyen los precios de alimentos y combustibles, que son los más volátiles, la inflación subyacente fue de 6.2 por ciento a tasa interanual.