Los Ángeles, California, noviembre 10.- La inflación en Estados Unidos se elevó hasta 6.2% a tasa anual en octubre, su mayor nivel en 30 años y de 0.9% en el mes, con lo que superó las expectativas de los expertos quienes pronosticaron una inflación de 0.6% mensual y de 5.9% anual, antes que el Departamento de Trabajo diera a conocer sus datos este miércoles. La inflación está erosionando las alzas salariales adquiridas recientemente por la fuerza laboral estadounidense y le está creando problemas políticos tanto al gobierno del presidente Joe Biden, como a los demócratas en el Congreso. Además, está creando presión a la Reserva Federal para que frene su masiva inyección de liquidez en la economía. Las contrataciones y los aumentos salariales han aumentado a un ritmo mucho más robusto en esta recuperación económica que la registrada después de la Gran Recesión de hace una década, pero a diferencia de entonces, esta recuperación viene acompañada de un repunte inflacionario que está disminuyendo la confianza de los estadounidenses en la economía. Si se excluyen los rubros de alimentos y combustibles, que suelen ser más volátiles, la inflación subyacente aumentó en 0.6% de septiembre a octubre y 4.6% comparado con esta misma época hace un año. Los precios aumentaron especialmente en los rubros de la energía, vivienda, alimentos, automóviles y camiones usados y vehículos nuevos. El índice de precios energético subió 4.8% durante octubre, debido a un aumento del 6.1% en los precios de la gasolina, a tasa mensual. La expectativa de inflación media de los consumidores para los próximos tres años se mantuvo en 4,2% en octubre, igual que en septiembre, según una encuesta de la Fed de Nueva York. Ese nivel es el más alto desde que comenzó la encuesta en 2013. "El panorama más amplio es que es probable que veamos un aumento de la inflación", dijo. "Las cosas van a empeorar antes de mejorar", dijo Kathy Bostjancic, economista financiera en jefe para Estados Unidos de Oxford Economics. Los economistas, sin embargo, coinciden en que la inflación se disipará una vez se resuelvan los problemas de las cadenas de suministros y las tendencias de consumo regresen a sus niveles prepandémicos. A medida que ceda la crisis sanitaria, los estadounidenses irán gastando más en viajes, entretenimiento y otros servicios y menos en productos como automóviles, muebles y artefactos de uso doméstico. Sin embargo, nadie sabe cuánto tardará eso y lo cierto es que las tendencias inflacionarias han durado más de lo que pronosticaron muchos economistas. Además, los aumentos de precios se están expandiendo a otros sectores, no sólo a vehículos o artefactos de uso doméstico. “Las presiones inflacionarias probablemente empeorarán antes de mejorar”, pronosticó Goldman Sachs en un boletín. Imagen: Elena Ospina, el Colombiano.