El alarmante estado del bosque alemán incluyendo la Selva Negra

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Berlín, Alemania, septiembre 8.- Cuando Peter Wohlleben entra en su bosque en el Eifel, un cuervo canta para saludar al guardabosques más conocido de Alemania. "Me alegro cada vez que lo oigo, ese también es un éxito de la conservación de especies. Hace 20 años los cuervos estaban extinguidos aquí", dice. Wohlleben se entusiasma al hablar sobre la inteligencia de los animales. El hombre que dio a conocer el bosque al público alemán con su libro "La vida secreta de los árboles" se encuentra en su elemento. Desde que Wohlleben recibió su primer distrito forestal hace 30 años, el saneamiento de los bosques se ha convertido en la tarea de su vida. Y le resulta cada vez más difícil debido al cambio climático. El pronóstico de Wohlleben: "Nos encontramos en la mayor sequía de los últimos 100 años. Calculo que perderemos la mitad de la superficie forestal de Alemania en los próximos diez años". El dramático estado del bosque El informe sobre el estado de los bosques en Alemania presenta un panorama alarmante: la tasa de deterioro ha vuelto a aumentar y los árboles de más de 60 años están especialmente afectados. Hay que reforestar 380.000 hectáreas. Solo uno de cada cinco árboles no tiene daños en la copa. Los abetos y los pinos son especialmente sensibles al calor y a la sequía. El bosque alemán está enfermo, y hay razones para ello. "Si se quiere cosechar madera, primero se necesitan bosques que funcionen, de lo contrario apenas habrá puestos de trabajo para la propia industria forestal en el futuro. Pero actualmente estamos en un nivel de tala que es el más alto de las últimas décadas, como si no hubiera un mañana. La industria forestal funciona de forma similar a la petrolera, solo cuenta el beneficio de los próximos diez o veinte años", critica Wohlleben. Declaraciones críticas como estas son las que hacen enfurecer a muchos de los 35.000 empleados de la industria forestal, que se preguntan cómo van a sobrevivir. La fórmula mágica de Wohlleben, en cambio, es: proteger el 20 por ciento del bosque y gestionar el 80 por ciento con especies arbóreas autóctonas. Su credo: el bosque solo puede salvarse si se le deja en paz. Se requieren medidas impopulares Christian Ammer es uno de los mayores críticos de Wohlleben. El científico forestal y profesor de silvicultura y ecología forestal de zonas templadas en la Universidad de Gotinga llegó a iniciar una petición en línea contra el bestseller de Wohlleben hace cinco años, criticando que en el libro se mezclaban hechos con suposiciones. Lo que no le impide alabar al mismo tiempo el compromiso de Wohlleben: "Tiene mi aprecio porque ha popularizado el tema de los bosques". Alemania necesita ocho veces más bosques para absorber el Co2 que se emite aquí cada año, calcula Ammer. El Ministerio Federal de Alimentación y Agricultura quiere invertir 900 millones de euros en la gestión forestal adaptada al clima durante los próximos cinco años, centrándose en la adaptación del bosque alemán al calor y la sequía. La conclusión de Christian Ammer: "En vista del año tan seco, el bosque va tan mal como se temía. Esto ya no es una visión del futuro, es la realidad. Por lo tanto, no funcionará sin sacrificios. Tenemos que cambiar fundamentalmente nuestro comportamiento de movilidad y consumo si queremos detener el avance del cambio climático".