Madrid, España, febrero 24.- España ha comenzado a suministrar gas al centro de Europa ante el riesgo de un posible corte del suministro ruso. Países como Austria, Alemania y el Reino Unido se encuentran entre los más vulnerables y podrían ver sus reservas totalmente agotadas antes del final del invierno. Una interrupción de suministro de gas desde Rusia podría provocar la necesidad de activar los mecanismos de solidaridad europeos. El llamado Penta Energy Fórum -formado por Austria, Bélgica, Francia, Alemania, Luxemburgo, Holanda y Suiza- decidió a principios de febrero impulsar un grupo de trabajo para coordinar de forma regional la gestión de sus niveles de suministro de gas de manera conjunta. En aquel momento, las reservas existentes en Europa se limitaban a apenas 9 semanas y hoy, prácticamente, se encuentran a la mitad pese al esfuerzo de abastecimiento que se ha llevado a cabo por parte de Estados Unidos con el envío de buques metaneros y desde China y Japón que han desviado barcos para incrementar el suministro del corazón de Europa. Según las previsiones de S&P, Europa tendría 13,45 Bcm almacenados el 31 de marzo si se repitieran los datos de consumo del invierno pasado pero, tal y como avanza el actual ritmo de consumo, esa cifra se reduciría a 4,43 Bcm por la caída de las exportaciones rusas. Desde enero hasta ahora, el gasoducto de Yamal - que termina en Alemania- ha experimentado una oscilación media de 95,94 millones de metros cúbicos al día. Asimismo, las exportaciones a través de Ucrania a Eslovaquia en Velke Kapusany han sido 38,65 millones de cu m/d menos de media en el año y las previsiones realizadas por la entrada en funcionamiento del gasoducto Nord Stream 2 han quedado en agua de borrajas por la crisis con Ucrania. Análisis de riesgo La Comisión Europea y los estados miembros llevaron a cabo el pasado enero un análisis sobre la capacidad de resistencia ante un posible problema de suministro y determinaron que los niveles de existencias eran suficientes. No obstante, la situación actual ha provocado tensiones entre los organismos supervisores y los gestores técnicos que derivarán en un incremento del control de las previsiones por parte de los últimos. Rusia no ha incrementado durante este invierno el suministro de gas para hacer frente al tirón de demanda de Europa por la recuperación económica, lo que ha contribuido a tensar los precios y a dejar las reservas en niveles mínimos de diez años. Este comportamiento generó un profundo malestar en la Comisión Europea que llevó a cabo en las primeras semanas de febrero una intensa labor diplomática para incrementar las fuentes de suministro para poder atender la demanda de gas. La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, han realizado una intensa labor diplomática para pedir un incremento de los suministros desde Qatar, Azerbaiyán, Noruega. Asimismo, Washington ha incrementado los volúmenes de exportación a Europa y ha acelerado la puesta en marcha de algunos de sus trenes de licuefacción con el objetivo de incrementar sus capacidades de suministro. La Comisión Europea tiene previsto presentar un plan de emergencia para el abastecimiento de gas para el próximo invierno en el próximo Consejo Europeo de marzo. La intención del Ejecutivo comunitario es incrementar la llegada de gas a través de GNL, lo que sitúa a Enagas en una posición clave para el abastecimiento de gas a Europa este próximo verano. Por otro lado, Pekín y Moscú avanzaron también en posibles medidas para sortear futuras sanciones. Ambos países llegaron a un acuerdo para reforzar sus sistemas de comunicaciones financieras ante el riesgo de que Rusia pueda ser excluida del sistema Swift y llegaron a un acuerdo para la puesta en marcha del gasoducto Power of Siberia 2. Gazprom construirá un nuevo gasoducto a través de Moldavia que permitirá exportar 10 bcm adicionales a China durante los próximos 30 años. Este gran acuerdo supone tensar más la cuerda con el suministro de gas a Europa, ya que China va camino de incrementar su consumo para reducir sus actuales niveles de contaminación. Con este acuerdo, Rusia reduce la presión que podría sufrir ante una reducción de los volúmenes de compra de gas rusos desde Europa que Preocupación por el petróleo La guerra entre Rusia y Ucrania provocará un fuerte impacto en los precios de los carburantes. Las refinerías europeas son las más expuestas ante un posible endurecimiento de las sanciones sobre Rusia, según indican los datos analizados por S&P Global Platts. Alrededor de la mitad de las exportaciones de crudo y productos petrolíferos de Rusia -que actualmente se sitúan en torno a los 6,5 millones de b/d- se envían a países europeos y representan una cuarta parte de las importaciones de petróleo. En el caso español, según los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas, Rusia exporta un 4,3% del petróleo que se utiliza en nuestro país, lo que lo convierte en el octavo suministrador por detrás de países como México, Libia, Guinea Ecuatorial o Estados Unidos. Según los datos de S&P, el sistema de oleoductos de Druzhba transporta alrededor de 1 millón de b/d de crudo desde los yacimientos rusos a Europa, principalmente a las refinerías de Alemania, Países Bajos y Polonia. Ucrania, por su parte, envía petróleo ruso hacia Eslovaquia, Hungría y la República Checa a través del tramo sur del mismo oleoducto. El tránsito de crudo ruso del país para su exportación a la UE fue de 11,9 millones de toneladas en 2021, por debajo de los 12,3 millones de toneladas de 2020, mientras que el transporte de petróleo a Bielorrusia se mantuvo sin cambios en unas 800.000 toneladas, según indica S&P. El ramal norte de la ruta Druzhba, a través de Bielorrusia, suministra crudo de los Urales a las refinerías de Polonia y Alemania. La refinería PCK de Schwedt, de 230.000 b/d, y la refinería Leuna de Total, de 230.000 b/d, se abastecen a través de Druzhba, pero pueden recibir suministros alternativos del Mar Báltico. La de Plock, de 326.000 b/d, también procesa el crudo de Druzhba, pero ha ido diversificando sus fuentes de suministro de Noruega, Angola, Nigeria, Arabia Saudí y Estados Unidos. En Alemania, la rusa Rosneft es ya el segundo grupo refinero en términos de capacidad, por detrás de Shell y aspira a convertirse en el primero en 2025, cuando finalice la ampliación de una de sus instalaciones. Cuando Rusia se apoderó de Crimea en 2014, los flujos de crudo hacia Europa no se vieron afectados por las sanciones estadounidenses impuestas a Moscú pero en esta ocasión la presión podría incrementarse y afectar con fuerza a los precios de los carburantes.