Los migrantes, fuerte impacto económico para países europeos

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Bruselas, Bélgica, enero 23 (Euronews).- El reciente aumento de las migraciones a causa de la guerra, el autoritarismo y la inestabilidad hace que los desplazados busquen cobijo como inmigrantes, refugiados o solicitantes de asilo, lo que genera diversas repercusiones en el panorama socioeconómico de Europa y sus Estados. Como algunos Estados no consiguen ofrecer seguridad y protección a sus ciudadanos, un gran número de personas de esos países buscan emigrar a las zonas que mejor se adaptan a sus intereses sociales y económicos. Los desplazados buscan cobijo como migrantes, refugiados o solicitantes de asilo y están teniendo un impacto variable en el panorama socioeconómico de los Estados europeos. Hay quien considera que los inmigrantes están afectando las arcas de los Estados europeos que no son capaces de incorporar económicamente a estos recién llegados, lo que se traduce en una presión fiscal a corto plazo por los elevados costes sociales y las bajas tasas de empleo. Sin embargo, a la inversa, se puede argumentar que los inmigrantes son capaces de contribuir constructivamente a los beneficios fiscales al incorporarse al mercado laboral y contribuir a las finanzas públicas de aquellos países que son capaces de construir estructuras de capital para dar cabida a la mayor oferta de mano de obra. ¿Cuántos han llegado a Europa? Según informes oficiales, casi 3,5 millones de personas emigraron a la UE en 2022 como refugiados con estatuto de asilo. Alrededor de 4,2 millones de ucranianos recibieron en 2023 protección temporal en la UE, según el Consejo Europeo. Desde la invasión rusa de Ucrania, más de cuatro millones de ucranianos han recibido protección temporal en Estados europeos. Manteniendo su récord anual, los sirios y afganos siguen siendo los grupos más numerosos de solicitantes de asilo en la UE, con unas 100.000 solicitudes presentadas en 2023, según la Agencia de Asilo de la Unión Europea. Un total de 213.896 migrantes llegaron a Europa en 2022, según la Organización Internacional para las Migraciones. También se ha informado de migrantes procedentes de varios países africanos, como Argelia y Libia, que buscan protección en Europa. Cada país europeo tiene un planteamiento diferente ante el desplazamiento masivo. Después de que la migración neta anual alcanzara la cifra récord de 745.000 personas en 2022, el Gobierno británico anunció planes para reducir el número de migrantes. Recientemente, Francia mantuvo un acalorado debate sobre el proyecto de ley que aparentemente endurecía las normas para los migrantes. También Alemania quiere revisar su política migratoria tras recibir el mayor número de solicitudes de asilo en 2023 y a pesar de beneficiarse de los migrantes en el sector laboral. Italia ha visto aumentar el número de migrantes por mar y ahora planea construir dos centros en Albania para acoger hasta 36.000 migrantes al año. España también tendrá que replantearse los contornos de su política migratoria tras recibir la cifra récord de 13.000 inmigrantes debido a la agitación política en África. ¿Qué países necesitan más inmigrantes? Con la afluencia de tantos inmigrantes a las puertas, muchos países europeos están reevaluando su política migratoria para tener en cuenta la presión política y los posibles conflictos dentro de su propio pueblo. Sin embargo, a la hora de hablar de aumentar el rendimiento fiscal, la mayoría de los países europeos ven a los inmigrantes con la capacidad de elevar la estabilidad económica del país a largo plazo. En el caso de Alemania, por ejemplo, la menguante situación de la economía ha llevado al FMI a pronosticar que Alemania será la gran economía con peores resultados en 2023. La falta de trabajadores cualificados ha llevado a los expertos a estimar que el país necesitará 1,5 millones de inmigrantes cada año para mantener su mano de obra. A diferencia de la mayoría de los demás Estados, Alemania ha mantenido sus políticas flexibles para atraer a la mano de obra extranjera. ¿Cuáles son los beneficios? Frente al temor a los inmigrantes, percibidos por algunos como una amenaza para la cohesión social y la identidad nacional, en la última década se ha producido un cambio de paradigma que percibe a los inmigrantes como activos para los mercados laborales nacionales y el sistema de bienestar, impulsando el desarrollo económico. La inclusión de inmigrantes en sectores como la sanidad, la construcción, la agricultura y la logística puede generar beneficios y reducir las tensiones y angustias económicas. Tienen el potencial de contribuir a las finanzas públicas en forma de impuestos. ¿Cuáles son los retos? Según el informe de Frontex, el número de cruces ilegales de las fronteras exteriores de la UE en 2023 alcanzó aproximadamente los 380.000 casos. Esta afluencia ha dado lugar a delitos transfronterizos como la falsificación de documentos, la trata de seres humanos y el contrabando de mercancías ilegales y armas. Los programas de integración de inmigrantes, como los de orientación cultural y las sesiones de formación lingüística, pueden suponer una carga para los presupuestos gubernamentales, ya que el coste lo asume inicialmente el país de acogida. El aumento de la inmigración puede dar lugar a una gran demanda de viviendasen el sector de la construcción, lo que se traduce en un aumento de los precios de los inmuebles y de los alquileres. Esta causa-efecto no sólo influirá en la vida del emigrante, sino que también tendrá graves repercusiones en los residentes locales. En Europa, todos los Estados miembros de la UE se caracterizan por un alto grado de beneficios económicos, Estado de Derecho y estabilidad política. En cambio, las poblaciones de otros países del mundo se enfrentan a cierto grado de autoritarismo e inestabilidad, lo que les lleva a optar por la migración. Estos desequilibrios explican por qué Europa es, y seguirá siendo, uno de los principales destinos de los emigrantes, incluso en épocas de crecimiento económico latente.