En una clara señal de que el dinero se le está acabando, Andrés Manuel López Obrador planteó en Mexicali pasarle la charola a los estados para que paguen la mitad de los recursos destinados a pensiones y becas, forman parte de sus programas. Soslayando el retiro de apoyo a los niños con cáncer y la ineficiencia del INSABI, López dijo que en la segunda etapa de su gobierno buscará que la pensión a niñas y niños con discapacidad se amplíe. “Nada más que lo vamos a hacer al alimón, es decir, vamos a ponernos de acuerdo para que el 50% adicional lo aporte el estado y el otro 50% lo aporte la Federación”, dijo ante la admiración de los asistentes luego de que en el caso de Baja California el rezago social alcanzó niveles históricos y lo que menos se espera son dádivas y sí, acciones contundentes de gobierno para atender el hacinamiento, rezago educativo, de salud y la miseria salarial. López también habló de ampliar la cobertura del programa “La Escuela es Nuestra” bajo el mismo esquema de cooperación, cuando ha quedado que esa no es la solución. Por otra parte, López afirmó que el país no necesita “que desde el extranjero nos digan o impongan sanciones” al país para la conservación del medio ambiente, esto ante las tensiones en Baja California por la pesca que pone en riesgo la conservación de la vaquita marina, mismas que México no ha respetado. También jugó con las cifras de vacunación contra el COVID-19 la cual según él ya alcanzó al ciento por ciento de la población de 18 años y más, lo cual no es cierto. Nada satisfactoria su visita a un Estado empobrecido y más bien se trató de una visita política para saber cómo le hizo el Estado para mantener el gobierno con carro completo tras la elección del 6 de junio.