De manera irresponsable y demostrando una enorme insensibilidad, el encargado de Salud en el Salud en el Estado, Adrián Medina Amarillas, salió a presumir el semáforo amarillo de Baja California, cuando el Estado atraviesa por la mayor crisis de la pandemia desde que estalló en marzo del año pasado. "Afortunadamente llevamos una tendencia que nos ha permitido quedarnos en la coloración de riesgo medio”, dijo cínicamente, pasando por alto que diciembre está a punto de convertirse en el mes con más contagios desde que estalló la pandemia, con 9 mil 56, luego de que en noviembre se registró un nuevo récord de contagios con 11 mil 178. Además, en un comunicado se aventó la puntada de decir que en la hospitalización “se ha registrado un descenso que coloca a Baja California en un panorama muy distinto al del año anterior…pero sobre todo, la enfermedad ya no se torna en la misma gravedad que antes de las vacunas, eso es fundamental", lo cual es una gran mentira pues solamente entre octubre y lo que va de diciembre se han registrado el 52 por ciento de los contagios contabilizados en todo el año, es decir, más de la mitad entre octubre y diciembre 25. Un comparativo es claro. Entre octubre y diciembre del 2020 los contagios ascendieron a 15 mil 239, mientras que ahora suman 28 mil 655, lo que representa un crecimiento de 88.1 por ciento. Si esto significa estar mejor alguien debiera enseñarle matemáticas básicas al empleado estatal.

Por otra parte, en el rubro de muertes el 28 por ciento del total en este año se han registrado entre octubre y diciembre 25, al tiempo que noviembre con 618 y diciembre con 540, son los meses con más muertes por COVID en este año, solamente por detrás de enero. Asimismo, en el trimestre octubre diciembre se han registrado mil 512 defunciones, mientras que solamente en diciembre ha muerto un bajacaliforniano cada hora. Estas con las cifras, esta es la realidad, una que lo mismo que el gobierno federal, el Estado busca esconder inútilmente, pues aunque no estén al tope los hospitales, ahora con los famosos “ambulatorios” están mandando a la gente a morir en sus casas. Según Medina Amarillas “la ocupación hospitalaria en la Secretaría de Salud en casos COVID es del 75.9 por ciento y en general del 54.9 por ciento; IMSS reporta ocupación COVID del 66.07 por ciento y general del 48.8 por ciento”; sin embargo, no cuenta con los miles que se están atendiendo en consultorios y hospitales privados y como se dijo antes, muchos más en sus hogares.

Queda claro que al final de cuentas hay una visión militar: que se mueran los que se tengan que morir y se salven los que se puedan salvar porque al final de cuentas la política se ha convertido en un asqueroso negocio.