La pandemia de COVID 19 continúa su avance implacable en Baja California ante la complacencia del encargado de Salud estatal, Adrián Medina Amarillas, quien se ha esmerado en minimizar la expansión de los contagios que ya suman en julio 8 mil 435, con lo que este mes continúa en caballo de hacienda para convertirse en el segundo con más contagios en este año. A la complacencia hay que agregar la ineptitud del líder de Salud en la entidad para manejar la pandemia, que contrario a lo que dice que “la mayoría de los contagios de COVID-19 en Baja California han derivado en casos leves de la enfermedad gracias a la efectividad de las vacunas”, las estadísticas del Salud federal indican que han muerto mil 301 personas en este año, lo que representa el 11 por ciento del total, una cifra alarmante, tomando en cuenta, como dice Medina, que hay mucha gente vacunada. Asimismo, soslaya que solamente entre enero y julio 19 de este año se registra la mayor cifra de contagios desde que estalló la pandemia, con 66 mil 505 casos, cifra superior en 17 por ciento al total de los casos positivos del 2021. En aras de enviar más un mensaje político que uno de protección a la salud de los ciudadanos, Medina se cobija con el argumento de una baja hospitalización, soslayando la principal preocupación de la Organización Panamericana de la Salud, que es el llamado COVID largo, ese que está relacionado con las consecuencias que derivan de haber sufrido el contagio que pueden extenderse por el resto de la vida del afectado.

De acuerdo con estudios de instituciones médicas, quienes sufren COVID largo enfrentan afectaciones en partes del cuerpo como los pulmones, el corazón, los riñones, el intestino, el sistema vascular e incluso el cerebro, cualesquiera de ellos, que van agarrados de la mano de un fuerte impacto económico y emocional para los hogares. Medina habla de “la responsabilidad y compromiso de la población para proteger su salud y la de su familia”, en un comentario que seguramente se guardaría si saliera a la calle y viera como cientos de personas no respetan ni el mínimo de las medidas preventivas, incluyendo negocios como Soriana de Lázaro Cárdenas y Anáhuac, donde los encargados del negocio y algunos cajeros no usan el cubre bocas. El valemadrismo que comienza con las autoridades estatales se ha extendido, mientras los contagios continúan cobrando víctimas en Baja California.