Lima, Perú, diciembre 7 (El Comercio).- El ya expresidente de Perú, Pedro Castillo, se encuentra detenido en la Prefectura de Policía de Lima, a donde ha acudido con su familia tras difundir un mensaje a la nación en el que anunciaba la disolución del Congreso y la convocatoria de un Gobierno de excepción. Sin embargo, después de hacer este anuncio, el exmandatario ha abandonado el Palacio gubernamental junto con su esposa, Lilia Paredes, sus hijos y su cuñada y se ha encaminado a la sede policial, donde en estos momentos aguarda la llegada de la fisca Marita Barreto para ser interrogado. Antes de estos hechos, su superiora, Patricia Benavides, fiscal general de Perú, rechazó « todo quebrantamiento del orden constitucional». Varios testigos vieron a Castillo y sus familiares sacando pertenencias personales en bolsas del edificio del Gobierno. El exjefe del Gabinete de Ministros, Aníbal Torres, ha estado a su lado. Se desconoce qué sucederá ahora en las horas siguientes, ya que cientos de peruanos han salido a protestar, unos en contra del exjefe de Gobierno, y una mayoría a su favor. El propio Castillo ha alentado antes de dejar el Palacio a los ciudadanos a salir a defender el nuevo Gobierno, finalmente frustrado. El Congreso peruano ha resistido el embate de Castillo y ha terminado por aprobar su destitución como presidente, con 101 votos a favor y solo seis en contra. La Cámara ha nombrado como nueva jefe de Gobierno a Dina Boluarte, abogada de 60 años que concurrió a las elecciones también en las filas de Perú Libre, el mismo partido que el destituido Castillo. Castillo fue detenido por la policía justo cuando intentaba darse a la fuga a través de la embajada de México con su familia