Londres, Inglaterra, marzo 9 (El Economista España).- La principal estrategia para frenar las pretensiones expansionistas rusas continúa siendo ahogar la economía del país hasta que el Kremlin claudique. El gran inconveniente de esta táctica es que el petróleo ruso (y también su gas) son clave para el consumo global y el mercado se revuelve ante la perspectiva de un veto a casi uno de cada diez barriles de crudo producidos en el mundo. Mientras "avanzan" las negociaciones entre EEUU y varios países europeos para formalizar ese embargo, según afirmó el propio secretario de Estado de Estados Unidos, el precio del petróleo mantiene su escalada y, al cierre de los mercados europeos, el barril de Brent se situó en los 123,2 dólares. Este repunte supuso un aumento del 6% respecto a la jornada anterior, aunque llegó a superar los 139 dólares por unidad durante las primeras horas de cotización de este lunes. No se espera que a corto plazo el petróleo vaya a recortar su precio y mientras el conflicto en Ucrania se mantenga en los mismos términos los inversores dan por descontado que se alcanzarán máximos históricos muy superiores a los registrados en 2008 cuando se alcanzaron los 145 dólares por barril. Una pista de este estrés en el precio se aprecia en el mercado de contratos de compra de futuros del Brent. Durante la jornada de este lunes se negociaron más de 1.200 opciones de compra de futuros para mayo a 200 dólares el barril, según recoge Bloomberg a partir de los datos de la bolsa de futuros de energía ICE Futures Europe. De esta forma, el precio de estos contratos se disparó un 152%. Incluso para junio se han llegado a negociar a 150 dólares por cada barril de Brent, lo que todavía supondría registrar un máximo histórico en caso de normalizarse. Eso sí, la media de estos contratos sigue estando muy por debajo de estas cifras además de que se aprecia que mes a mes los precios son descendentes. Las firmas de análisis no son optimistas en el corto plazo y la mayoría baraja precios por encima de los máximos tocados en 2008. Desde Bank of America han estimado que la interrupción de las exportaciones del crudo ruso generaría "un déficit de cinco millones de barriles diarios o más" en el mercado, lo que podría traducirse en presenciar un aumento del precio del petróleo que "en el caso del Brent podría ser de hasta 200 dólares por unidad", según la firma. "En el caso del Brent podría alcanzar los 200 dólares" En la misma cuerda se sitúan las previsiones de JP Morgan, Mitsubishi UFJ Financial Group o OCBC Singapure que estiman un precio del Brent a corto plazo de entre 180 y 185 dólares y en el caso de JP Morgan estos precios podrían trasladarse incluso al cierre de los mercados. Siempre en el contexto de que la invasión rusa de Ucrania prosiga y que las medidas impuestas por la Unión Europea y Estados Unidos para desgastar a Vladimir Putin se mantengan. Más optimista es el departamento de análisis de Goldman Sachs que prevé que durante los próximos tres meses se puede divisar el barril de referencia en Europa en torno a los 150 dólares. Este contexto genera ganadores y perdedores entre las petroleras mundiales. Descontando las rusas, cuyo valor en mercado se ha desplomado por la fuga de los inversores del país, la norteamericana Chevron destaca entre las más alcistas desde que comenzó la invasión de Ucrania ya que sube un 20% desde el 23 de febrero. Por contra, las compañías europeas han tenido un comportamiento dispar desde que Rusia avanzó hacia Kiev. Así, las petroleras que tenían más presencia en territorio ruso han recibido los mayores recortes hasta la fecha, como Total Energies que cede casi un 10%. Repsol, que ya redujo su exposición en el país más extenso del mundo a primeros de año sube un 5% desde que arrancó la guerra. Materias primas disparadas Existen otras materias primas estratégicas cuyo precio se ha disparado por ser Rusia uno de los principales proveedores mundiales. Es el caso del níquel, que llegó a revalorizarse un 80% en la jornada del lunes en la Bolsa de Londres. Sin embargo, el aluminio recortó su valor un 3% en la primera sesión de la semana, aunque sigue marcando su máximo histórico en los 3.768 dólares por tonelada.