Nueva York, Estados Unidos, diciembre 18.- Desde 2014, casi 70,000 migrantes han muerto o desaparecido en rutas terrestres y marítimas, y es probable que la cifra real sea mucho mayor, difundió la ONU. En un comunicado agrega que: El Día Internacional del Migrante nos brinda una oportunidad especial para destacar las valiosas contribuciones de millones de migrantes en todo el mundo. También es un día para que destaquemos el entorno cada vez más complejo en el que se produce la migración. Los conflictos, los desastres relacionados con el clima y las presiones económicas siguen obligando a millones de personas a abandonar sus hogares en busca de seguridad o simplemente de oportunidades. Cada muerte registrada representa a una persona cuya pérdida afecta profundamente a su familia y repercute en las comunidades y sociedades. Se trata de una crisis humanitaria silenciosa, que podemos resolver. El año pasado, presenciamos niveles récord de desplazamiento interno, un aumento de las necesidades humanitarias en medio de crisis nuevas y en curso y, trágicamente, la cifra más alta de muertes de migrantes en tránsito jamás registrada. Sin embargo, junto a estos desafíos, hay historias de resiliencia, progreso y esperanza, donde la migración segura y bien gestionada encierra un potencial extraordinario. Los migrantes desempeñan un papel fundamental en los mercados laborales, ya que cubren las carencias de habilidades, impulsan la innovación y el espíritu emprendedor y abordan los desafíos demográficos en las sociedades que envejecen. Los migrantes impulsan el crecimiento económico y brindan un sustento a las familias y las comunidades en sus países de origen, impulsando el desarrollo. Como lo solicitó la Asamblea General, el tercer informe del Secretario General sobre la implementación del Pacto Mundial para la Migración presenta recomendaciones clave sobre la prestación de asistencia humanitaria a los migrantes en peligro y el fortalecimiento de la cooperación sobre los migrantes desaparecidos, incluidas propuestas concretas para evitar que los migrantes mueran o desaparezcan, mejorar los esfuerzos de búsqueda e identificación, apoyar a las familias afectadas, brindar justicia, rendición de cuentas y reparación, recopilar datos sobre muertes y desapariciones de migrantes y compartir datos de pronóstico de la migración para optimizar la asistencia humanitaria. Hay pruebas contundentes de que, cuando la migración se gestiona de forma segura y estratégica, puede ser una poderosa fuerza positiva. Al apoyar vías regulares para la migración, podemos brindar oportunidades a los migrantes, proteger mejor sus derechos y contribuir a una mayor prosperidad en los países de origen de los migrantes y en los que los acogen. Estas recomendaciones sólo son eficaces si se actúa colectivamente. El tiempo se acaba y hay que salvar vidas ahora.