Nueva York, Estados Unidos, noviembre 6.- De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), las concentraciones sin precedentes de gases de efecto invernadero en la atmósfera y el calor acumulado conexo han empujado al planeta a un territorio desconocido, lo que trae aparejadas repercusiones de gran alcance para las generaciones actuales y futuras. Los últimos siete años están en camino de ser los siete más cálidos de los que se tiene registro, según se desprende del informe provisional de la OMM sobre el estado del clima mundial en 2021, en función de los datos correspondientes a los primeros nueve meses de 2021. Debido al efecto de enfriamiento temporal del episodio de La Niña que se produjo a principios del año, se prevé que el 2021 “solo” será entre el quinto y el séptimo año más cálido del que se tenga constancia. Sin embargo, esto no anula ni revierte la tendencia a largo plazo de aumento de las temperaturas. El aumento del nivel del mar a escala mundial se aceleró desde 2013 y ha alcanzado un nuevo nivel máximo en 2021, a lo que se suma el calentamiento y la acidificación constantes de los océanos. El informe se basa en datos de diversos organismos de las Naciones Unidas, Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales y expertos científicos. En el informe se ponen de relieve las repercusiones en la seguridad alimentaria y el desplazamiento de población, que se traducen en daños a los ecosistemas esenciales y socavan el avance hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. “El informe provisional de la OMM sobre el estado del clima mundial en 2021 se basa en los últimos datos científicos que demuestran que el planeta está cambiando ante nuestros ojos. Desde las profundidades oceánicas hasta las cimas de las montañas, desde el derretimiento de los glaciares hasta los implacables fenómenos meteorológicos extremos, se están destruyendo los ecosistemas y las comunidades de todo el mundo”, sostuvo António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas. “Por primera vez desde que se dispone de registros, llovió, en lugar de nevar, en la cima del manto de hielo de Groenlandia. Los glaciares de Canadá experimentaron una rápida fusión. En el marco de la ola de calor que se produjo en Canadá y partes adyacentes de los Estados Unidos, se registraron temperaturas cercanas a 50 °C en un pueblo de la Columbia Británica. El Valle de la Muerte, en California, alcanzó 54,4 °C durante una de las numerosas olas de calor que afectaron al suroeste de los Estados Unidos, y en muchas partes del Mediterráneo se registraron temperaturas sin precedentes. El calor excepcional a menudo estuvo acompañado de devastadores incendios”, explicó el profesor Petteri Taalas, Secretario General de la OMM. “En unas horas cayó el equivalente a meses de lluvia en China, y partes de Europa se vieron asoladas por graves inundaciones que ocasionaron decenas de víctimas y pérdidas económicas valuadas en miles de millones. Las sequías que se produjeron por segundo año consecutivo en la región subtropical de América del Sur redujeron el caudal de las imponentes cuencas fluviales y perjudicaron la agricultura, el transporte y la producción de energía”, añadió el profesor Taalas. “Los fenómenos extremos son la nueva normalidad”, afirmó el profesor Taalas. “Existen cada vez más pruebas científicas que indican que algunos de estos fenómenos llevan el sello del cambio climático causado por las actividades humanas”. “Si se mantiene el ritmo actual de aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero, el incremento de la temperatura a finales de este siglo superará con creces las metas establecidas en el Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 o 2 °C por encima de los niveles preindustriales”, expresó el profesor Taalas. “La CP 26 es una oportunidad decisiva para volver a encaminarnos”. Océanos Alrededor del 90 % del calor acumulado en el sistema Tierra se encuentra almacenado en el océano y se mide a través del contenido calorífico de los océanos. El calentamiento de los océanos hasta una profundidad de 2 000 metros se mantuvo en 2019 y alcanzó un nuevo nivel máximo sin precedentes. De acuerdo con un análisis preliminar basado en siete conjuntos de datos mundiales, el 2020 superó ese récord. Todos los conjuntos de datos coinciden en que las tasas de calentamiento de los océanos muestran un incremento especialmente pronunciado en las dos últimas décadas, y se prevé que la temperatura del océano continuará en aumento en el futuro. En algún momento de 2021, una gran parte de los océanos se vio afectada por, al menos, una ola de calor marina “fuerte”, a excepción de la parte oriental del océano Pacífico ecuatorial (debido a La Niña) y la mayor parte del océano Austral. En el mar de Laptev y el mar de Beaufort, en el Ártico, se registraron olas de calor marinas “graves” y “extremas” entre enero y abril de 2021. Los océanos absorben alrededor del 23 % de las emisiones antropógenas anuales de CO2 en la atmósfera, por lo que se está incrementando la acidez de los océanos. El pH de la superficie de mar abierto ha disminuido a escala mundial durante los últimos 40 años y, en la actualidad, es el más bajo que ha habido desde hace 26 000 años, como mínimo. El ritmo actual de cambio del pH no tiene precedentes desde, al menos, esa época. A medida que el pH de los océanos disminuye, también se reduce su capacidad para absorber CO2 de la atmósfera. Nivel del mar Los cambios del nivel medio del mar a escala mundial obedecen principalmente al calentamiento de los océanos causado por la expansión térmica del agua de mar y la fusión de los hielos continentales. El aumento promedio del nivel medio del mar a escala mundial, medido desde principios de la década de 1990 por altímetros satelitales de alta precisión, fue de 2,1 mm por año entre 1993 y 2002 y de 4,4 mm por año entre 2013 y 2021, es decir que se duplicó entre ambos períodos. Esto se debió, sobre todo, a la aceleración de la pérdida de masa de hielo de los glaciares y mantos de hielo. Hielo marino El hielo marino en el Ártico en marzo, cuando alcanzó su nivel máximo, fue inferior a la media del período 1981‑2010. La extensión de los hielos marinos luego disminuyó rápidamente en junio y a comienzos de julio en las regiones del mar de Laptev y la parte oriental del mar de Groenlandia. Como resultado, en la primera mitad de julio, la extensión de los hielos marinos del Ártico fue la más baja jamás registrada. Posteriormente, en agosto, se produjo una desaceleración de la fusión, y la extensión mínima registrada en septiembre (después del verano) superó la de los últimos años y alcanzó los 4,72 millones de km2. Esta fue la duodécima extensión mínima de la cobertura de hielo más baja del registro satelital de 43 años, muy por debajo de la media del período 1981‑2010. La extensión de los hielos marinos en la parte oriental del mar de Groenlandia fue, por un amplio margen, la más baja de la que se tiene constancia. La extensión de los hielos marinos de la Antártida, en general, se acercó a la media del período 1981‑2010, aunque, a fines de agosto, se registró una extensión máxima antes de lo habitual. Glaciares y mantos de hielo Durante las dos últimas décadas, la pérdida de masa de los glaciares de América del Norte se aceleró y casi se duplicó en el período 2015‑2019 con respecto a 2000‑2004. En 2021, el verano excepcionalmente cálido y seco en el oeste de América del Norte tuvo consecuencias brutales en los glaciares de montaña de la región. La extensión de la fusión del manto de hielo de Groenlandia se acercó a la media a largo plazo a principios del verano. No obstante, en agosto de 2021, las temperaturas y la escorrentía de deshielo fueron muy superiores a los valores normales debido a una importante entrada de aire cálido y húmedo a mediados de ese mes. El 14 de agosto, se observaron lluvias durante varias horas en la estación de montaña, el punto más elevado del manto de hielo de Groenlandia (3 216 m), y las temperaturas del aire se mantuvieron por encima del nivel de congelación durante unas nueve horas. No existen registros anteriores de precipitaciones en la estación de montaña. Esta es la tercera vez en los últimos nueve años que se han observado condiciones de fusión en la estación de montaña. Los registros de los núcleos de hielo indican que, en el siglo XX, solo se produjo un fenómeno de fusión de esta índole.