Nueva York, Estados Unidos, noviembre 1.- El impacto de la desigualdad en los conflictos internacionales será uno de los temas faro que México piensa llevar a la agenda en este mes, cuando asume la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU, explicó el embajador Juan Ramón de la Fuente, Representante Permanente de México en la ONU. En rueda de prensa para presentar su programa, el embajador explicó las prioridades de su país en noviembre, que pasan por fortalecer la diplomacia preventiva, controlar el impacto de las armas ligeras, defender el estado de derecho y, en suma, “poner el bienestar de las personas y la protección de los civiles en el centro de nuestra acción”. El que calificó como “evento insignia” de este mes se celebrará el 9 de noviembre y merecerá la visita a la sede de la ONU del presidente de su país, Andrés Manuel López Obrador, para debatir precisamente sobre el impacto de “la desigualdad, la exclusión y la corrupción” en los conflictos mundiales. A este le seguirá, una semana después, otro debate para tratar de mejorar la interacción y coordinación de los distintos organismos de la ONU en pro de la resolución de conflictos, y un tercero, el 22 de noviembre, sobre los efectos del tráfico de armas y de su desvío en la paz y seguridad mundiales. Por iniciativa mexicana, las reuniones mensuales sobre los conflictos más profundos y largos en el tiempo -Siria, Yemen y Oriente Medio- tendrán un formato de “consultas a puerta cerrada” en lugar de debate abierto, con el fin -dijo el embajador- de que los países salgan de las fórmulas retóricas y puedan discutir con menor formalismo. Y aunque no figuren en la agenda consensuada para el mes, el embajador no dudó que otros de los conflictos más actuales, como los que transcurren en Birmania, Etiopía y Sudán, también estarán en el centro de atención del Consejo, con fechas de reuniones todavía por decidir. El embajador reconoció que los problemas migratorios también están estrechamente relacionados con las cuestiones de desigualdad, y recordó que los controles en las fronteras en los países de destino no son útiles si no van acompañados por políticas integrales en los países de origen y tránsito, como la que su país promueve con el llamado “triángulo norte” de Centroamérica.