De acuerdo con el Índice Mundial de Libertad de Prensa 2023 , que evalúa el entorno para el periodismo en 180 países y territorios y se publica el Día Mundial de la Libertad de Prensa, la situación es “muy grave” en 31 países, “difícil” en 42, “problemático” en 55, y “bueno” o “satisfactorio” en 52 países. En otras palabras, el ambiente para el periodismo es “malo” en siete de cada diez países, y satisfactorio solo en tres de cada diez. En este contexto el documento elaborado por Reporteros sin Fronteras (RSF) indica que México se ubicó en el lugar 128. Cayo otro lugar este año y ahora tiene la mayor cantidad de periodistas desaparecidos del mundo (28 en los últimos 20 años), mientras que Cuba (172), donde se ha vuelto a intensificar la censura y donde la prensa continúa siendo un monopolio estatal, sigue ocupando el puesto más bajo de la región, como ocurriera en 2022. Noruega ocupa el primer lugar por séptimo año consecutivo. Pero, inusualmente, un país no nórdico ocupa el segundo lugar, a saber, Irlanda (sube 4 lugares en el segundo lugar), por delante de Dinamarca (baja 1 lugar en el tercero). Holanda (6º) ha subido 22 puestos, recuperando la posición que tenía en 2021, antes de que asesinaran al reportero policiaco Peter R. de Vries. También hay cambios en la parte inferior del índice. Los tres últimos lugares están ocupados únicamente por países asiáticos: Vietnam (178), que casi ha completado su cacería de reporteros y comentaristas independientes; China (4 abajo en el puesto 179), el mayor carcelero de periodistas del mundo y uno de los mayores exportadores de contenido propagandístico y sin sorpresa, Corea del Norte (180). “El Índice Mundial de Libertad de Prensa muestra una enorme volatilidad en las situaciones, con grandes altibajos y cambios sin precedentes, como el ascenso de 18 lugares de Brasil y la caída de 31 lugares de Senegal. Esta inestabilidad es el resultado de una mayor agresividad por parte de las autoridades en muchos países y la creciente animosidad hacia los periodistas en las redes sociales y en el mundo físico. La volatilidad también es consecuencia del crecimiento de la industria del contenido falso, que produce y distribuye desinformación y proporciona las herramientas para fabricarla”, comentó Christophe Deloire, secretario general de RSF.