Houston, Texas, enero 13.- La NASA ha vuelto a subir el listón con su innovadora creación: el avión supersónico X-59. La presentación tuvo lugar en las instalaciones Skunk Works de Lockheed Martin en Palmdale, California. Este extraordinario avión hará posible vuelos comerciales a velocidades supersónicas. El X-59, una nave experimental de unos 100 pies de largo, está diseñado para redefinir los límites de velocidad, alcanzando hasta 925 mph a una altitud de 55.000 pies – un nivel de crucero sustancialmente superior a los 35.000 pies del avión comercial medio. El objetivo de la NASA es una aeronave capaz de alcanzar tal velocidad, pero que produzca un golpeteo “apenas audible”. John Clark, vicepresidente de ingeniería y tecnología de Lockheed Martin Aeronautics, expresó su entusiasmo en la presentación: “Hoy estamos siendo testigos de la historia al lanzar el X-59” El contrato de 247.5 millones de dólares concedido a Lockheed Martin por la NASA hace cinco años ha culminado en este momento, con el avión rodando fuera del hangar Skunk Works de Lockheed, marcando el inicio de la misión Quiet SuperSonic Technology (QueSST). Para lograr esta hazaña, los ingenieros de la NASA han incorporado varias innovaciones de diseño en el X-59. La forma elegante y alargada del avión, un único motor montado en la parte superior, un sistema de visión exterior de alta definición y las alas barridas hacia atrás contribuyen a reducir el estampido sónico a un mero susurro. ¿Cuándo volará el avión supersónico X-59? Su pleno funcionamiento no es inmediato. Lockheed Martin realizará pruebas de seguridad durante aproximadamente nueve meses antes de entregar el avión a la NASA. En 2025, la NASA ejecutará vuelos de validación acústica sobre la base Edwards de la Fuerza Aérea de California y el Centro de Investigación de Vuelos Armstrong para verificar el rendimiento de la tecnología. La prueba definitiva aguarda entre 2026 y 2027, cuando la NASA sobrevolará con el X-59 ciudades estadounidenses seleccionadas, solicitando a los residentes que compartan sus reacciones al sonido del avión. Desafíos ante el vuelo supersónico A pesar de este revolucionario desarrollo, siguen existiendo desafíos. Bob van der Linden, del Smithsonian, cuestiona la viabilidad económica de los vuelos supersónicos, citando el ejemplo del Concorde, el último avión supersónico comercial, que puso fin a sus operaciones en 2003 debido al elevado consumo de combustible y al precio de los billetes. La misión QueSST no aborda directamente la cuestión del consumo de combustible. Sin embargo, con empresas de aviación como Boom Technology ya comprometidas en hacer posible el vuelo supersónico, la perspectiva de hacer realidad los viajes supersónicos parece plausible. La presentación del X-59 representa un salto significativo en la aeronáutica, pero como subraya van der Linden, el camino que queda por recorrer es largo. Sólo el tiempo determinará si esta maravilla supersónica cumplirá sus expectativas, revolucionando la aviación tal y como la entendemos.