Urge UNICEF al mundo ayuda para salvar a Angola del hambre

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Ginebra, Suiza, febrero 11.- A medida que la paz se ha asentado en Angola desde la firma del cese de fuego el 4 de abril de 2002, las funciones de organismos como el UNICEF se han convertido en una base importante en el proyecto de paz. Las organizaciones humanitarias pueden llegar ahora a las poblaciones desplazadas en zonas de grandes proporciones donde antes era imposible llegar. Las últimas evaluaciones revelan una situación alarmante en materia de alimentos que afecta sobre todo a los niños, las niñas, las mujeres embarazadas y las mujeres lactantes. Se calcula que unos 70.000 niños y niñas en Angola necesitan urgentemente alimentación complementaria y terapéutica para su supervivencia. El gobierno de Angola calcula que 100.000 niños y niñas han sido separados de sus familias debido a la guerra, y que unos 700.000 niños y niñas han perdido al menos a uno de sus progenitores. Solamente el año pasado, los combates desplazaron a casi 400.000 mujeres y niños. Las naciones unidas calculan que una cuarta parte de los habitantes de Angola –tal vez 3 millones de personas– han tenido que huir de sus hogares. Ya que la mitad de la población de Angola tiene 15 años o menos, casi todos los niños y las niñas de Angola han nacido en un ambiente de conflictos violentos. La vida en las zonas de conflicto conllevaba “la expectativa constante de que se produjeran actos de violencia”. Más de un 90% de los niños y niñas refugiados en Zambia sufrían estrés postraumático. No ha habido un censo de la población desde 1982. Casi tres terceras partes de los 6 millones de niños y niñas de Angola carecen de certificado de nacimiento, por lo que no tienen ninguna identificación oficial. Muchos trabajadores humanitarios mencionan con esperanza los cambios que se han producido en Angola desde que se firmara el acuerdo de paz en febrero y el traslado ordenado de soldados y familias de la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA) a 35 campamentos de desmovilización repartidos por todo el país. Se han abierto carreteras que habían estado cerradas durante 30 años. Las personas mayores han conseguido reunir dinero, adquirir camiones y enviar a sus hijos a la frontera para comprar alimentos y productos para el comercio. Los campesinos han preparado los campos para plantar semillas y se han techado con paja las chozas. Y las familias han comenzado a recomponerse. Decenas de miles de personas han cruzado de manera espontánea zonas de confrontación para reunirse con miembros de sus familias a quienes no habían visto desde hacía muchos años. El Ministerio de Salud de Angola, por medio de su Programa Nacional de Alimentación, coordina las actividades nacionales para reducir las tasas de desnutrición en Angola. Se han distribuido galletas de alto contenido proteínico en los centros de alimentación suplementaria que operan en todo el país para mejorar la salud y la nutrición de niñas y niños moderadamente desnutridos, mujeres embarazadas y mujeres lactantes. “Para salvar las vidas de los niños, las niñas y las mujeres desnutridos de Angola, la alimentación suplementaria es una intervención fundamental”, dijo Mario Ferrari, Representante del UNICEF en Angola. “Los países en crisis pueden deparar sorpresas históricas. Creo que nos enfrentamos a un reto fenomenal en Angola, un dato que está reflejado en nuestro ambicioso programa”. Inmunizar este año a millones de niños y niñas contra el sarampión. Poner en práctica programas de educación de emergencia. Prestar apoyo al programa de inscripción de nacimientos del gobierno, que se empleará para llegar a 2,4 millones de niños y niñas a finales de este año. Buscar y reunir a los niños y las niñas (entre ellos antiguos combatientes) con sus familias. Desmovilizar a los niños y niñas soldados y prestar asistencia con programas básicos para ayudarlos a ajustarse a la vida civil. Llevar a cabo actividades sobre el VIH/SIDA y la concienciación sobre el peligro de las minas Renovar las fuentes de agua. Las actividades del UNICEF reciben apoyos de varios aliados locales e internacionales, entre ellos el gobierno de Angola, el Programa Mundial de Alimentos, Action Against Hunger, Save the Children-UK, the MSF-family, Servicios Católicos de Socorro, Goal, Concern y CUAMM.