Ciudad de México, septiembre 24 (The New York Times).- En un albergue de Ciudad de México, la monja encargada de las instalaciones tuvo que hacer otro anuncio difícil para las madres y los niños que llegaban el miércoles: no había más espacio. En ese centro, construido para albergar a 100 usuarios, ya estaban hacinadas 500 personas migrantes. Cerca de la frontera sur de México con Guatemala, un grupo de personas frustradas asaltó el lunes una oficina de ayuda a los refugiados tras esperar semanas a que les dieran cita para recibir los documentos necesarios que les permiten viajar a las regiones ubicadas más hacia el norte. Y en Tijuana, casi todos los 32 refugios de la ciudad estaban al máximo de su capacidad esta semana, mientras personas de casi 70 países esperaban una cita de asilo en Estados Unidos o la oportunidad de cruzar la frontera de manera desapercibida. Escenas similares se están produciendo en todo el país a medida que el sistema de inmigración de México se ve sometido a una marea de personas desesperadas que intentan llegar al norte. El incesante flujo ha originado una respuesta heterogénea en México que va desde el cierre de las vías férreas que se dirigen al norte hasta el traslado de personas en autobús hacia zonas con menos población migrante. En México, las personas procedentes de Sudamérica están superando a las de Centroamérica por primera vez desde que se registran esos datos. Las autoridades mexicanas registraron 140,671 migrantes procedentes de países sudamericanos en los primeros siete meses del año, con cifras récord de personas de Venezuela y Ecuador, frente a 102,106 de Centroamérica. Varios factores están impulsando el éxodo. En Venezuela, la economía ha vuelto a entrar en crisis tras haber dado muestras de cierta mejoras desiguales. En Ecuador, la violencia relacionada con el narcotráfico se ha disparado, y el reciente asesinato de un candidato presidencial ha hecho que muchos ciudadanos no tengan esperanzas de que la situación mejore. El Comité Internacional de Rescate afirmó que unas 5,000 personas llegan diariamente al sur de México para ser procesadas por la agencia de ayuda a los refugiados en la ciudad de Tapachula. Se desconoce el número exacto de las miles de personas que eluden la oficina de refugiados y, de manera ilegal, continúan hacia el norte. En lo que va de año, la agencia ha recibido la cifra sin precedentes de 99,881 solicitudes de asilo, según datos publicados por el gobierno. Se espera que México reciba un récord de 150,000 solicitudes de asilo en 2023, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. En 2022, México tramitó 118,570 solicitudes. La crisis está aquí.