Acapulco, Guerrero, noviembre 2 (Arena Pública).- La destrucción que provocó el huracán Otis en Acapulco requerirá mucho más que recursos públicos para su vuelta a la normalidad y, más aún, para impulsar a un destino turístico caído en desgracia por la violencia. El cálculo preliminar de los daños materiales en Acapulco se han estimado entre 10 y 15 mil mdd, según la reaseguradora Gallagher Re y Enki Research. Fitch Ratings estima que los daños ascienden a 16 mil mdd. Los economistas de Banamex han estimado que la economía (PIB) de Guerrero caerá 16% en el 4T23, debido a Otis. Inversión pública: Si bien el presidente López Obrador declaró que el gobierno tiene suficientes recursos, las cifras frías del presupuesto de 2023 y el propuesto para 2024, no le dan la razón. Las limitaciones del presupuesto público se asomaron ayer cuando el Presidente anunció una inversión de 61 mil 313 mdp. VIolencia pone en riesgo inversión privada: La violencia en Guerrero, como en otros estados del país, ha rebasado a las fuerzas públicas constituyéndose en un dique para la inversión y el crecimiento. "Es de dudarse que, con los problemas que ya enfrentaba antes del huracán (seguridad), haya interés económico privado en reconstruirlo", escribió Alexis Milo, economista y articulista de Arena Pública. "Es previsible que López Obrador y otros actores de poder como los grupos criminales busquen monopolizar la reconstrucción para obtener ventaja política", dice la consultora Integralia. "Si ello ocurre así, la capacidad de recuperación de Acapulco será lenta y limitada y empeorarán todavía más las precarias condiciones sociales de Guerrero".