La violencia en la contienda electoral de México ha dejado una sangrienta estela de 88 asesinatos hasta el momento. La impunidad ante el crimen organizado y la corrupción es flagrante en México desde hace décadas. Son grandes los desafíos a los que se enfrenta el país: políticos, económicos y de seguridad, así como sanitarios y ecológicos. Con casi 129 millones de habitantes, es una de las mayores economías de Latinoamérica. El índice de pobreza es del 56,7 %, según datos actuales del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL). La pandemia del coronavirus llevó a vivir en la pobreza a cerca de 9,8 millones más de mexicanos. El país ocupa el lugar 124 en cuanto a corrupción, según el índice de Transparencia Internacional. Mejoró un poco su calificación, pero sigue siendo el peor índice de la OCDE. El narcotráfico es responsable de un 80% de los homicidios en el país, que en 2020 fueron 34.515, una tasa de 28 homicidios por cada 100.000 habitantes. Un 95% de ellos continúa impune. "Estas elecciones intermedias son históricas. Es la primera vez que se reelige la Cámara de Diputados en México”, dice a DW Diana Luna, asesora para América Latina de la Fundación Friedrich Naumann (FNS), cercana al Partido Demócrata Liberal (FDP) alemán, con sede en Potsdam. "El contexto de estas elecciones es el más violento desde 2018”, añade. "La depresión económica que vive México, junto con la crisis de la pandemia, y con una creciente inseguridad debido a la criminalidad, son los mayores desafíos que enfrenta el país”. Está por verse, según ella, si los mexicanos le dan al partido Morena, del presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), la posibilidad de seguir en el poder para hacer cambios constitucionales, llevar adelante su ‘cuarta transformación' o, al menos, implementar más de lo que él se ha propuesto. "Si bien se trata de elecciones intermedias, se pone a prueba la imparcialidad y la transparencia en este ejercicio democrático, así como la capacidad institucional del Estado mexicano”, dice Elisa Gómez, coordinadora de Diálogo Político de la Fundación Friedrich Ebert (FES), asociada al Partido Socialdemócrata (SPD) de Alemania, en Ciudad de México, en entrevista con DW. Al respecto resalta que "luego de la alternancia política que se abrió en las elecciones de 2018, se ratificó la vocación democrática de la sociedad mexicana”. Profunda polarización: ¿cómo construir democracia? Pero el país está polarizado como nunca, y la violencia de la batalla electoral se percibe en todo el territorio. Ante una mayoría de un 50,6% del partido Morena en la Cámara de Diputados, cabe preguntarse si una renovación política haría que en México se produjeran cambios verdaderamente palpables. "Las elecciones de 2018 representaron una oxigenación del sistema democrático de partidos en México”, añade. Cuando empieza en México la pluralidad política "se da una cierta ruptura en el control del narcotráfico, y entonces la violencia se desata”. El reto, en opinión de Elisa Gómez, es no volver a un sistema hegemónico de una sola fuerza. "Ese no es el camino de un porvenir democrático”, destaca. Por eso, estas elecciones serán un indicador de cuánto poder seguirá acumulando al partido gobernante. "Un gran problema es la fragilidad del Estado de derecho en México”, señala. "Con niveles de impunidad de más del 90 por ciento, la criminalidad y la violencia se siguen disparando. Y la militarización hace que esa sea una combinación peligrosísima, es decir, el poder político y económico que están acumulando las Fuerzas Armadas”. Tanto Diana Luna como Elisa Gómez hacen hincapié en la importancia de garantizar la división de poderes en México. En un panorama político "en el cual el monopolio de la fuerza es disputado al Estado por grupos criminales, la gran pregunta es cómo construir democracia”, plantea Elisa Gómez. Con un Estado fuerte, la discusión sería otra. Pero, ¿cómo lograr la fortaleza del Estado y evitar la militarización? Ese es otro de los grandes desafíos. Que va de la mano con el esclarecimiento de abusos y violaciones contra los derechos humanos. Pero la coordinadora de Diálogo Político de la FES explica que esos retos "no son los que van a hacer votar a la gente”. Para ella, en el discurso público, se trata, "desde el discurso oficialista, de seguir apoyando este proyecto político, y desde la oposición, de ponerle freno”. El asunto clave, empero, es "en qué medida la sociedad mexicana tiene la capacidad de procesar, gestionar y vivir la pluralidad y la diversidad política”. Diana Luna estima, además, que para que pueda producirse un repunte económico, sobre todo en cuanto a la llegada de inversiones extranjeras, México debe "recuperar la seguridad jurídica”. Y considera que "Alemania tiene mucho que aportar, apoyando a la sociedad civil mexicana y a la libertad de prensa”. En ese contexto, critica que López Obrador "ataca a los que piensan diferente en sus conferencias mañaneras”. Eso, dice, no significa que la oposición vaya a callarse, porque la pluralidad en México existe. "Esa narrativa de ‘nosotros y ellos' se ha exacerbado y no hace más que profundizar la división social”, indica. También subraya que los partidos políticos en México deben fortalecerse a través de una mayor participación ciudadana, y que los jóvenes no deben dejar la política solo en manos de los mayores. "A veces es mejor más pragmatismo y menos ideología”, concluye.