Ciudad de México,Después de 33 candidatos asesinados; más de 52 millones de spots en radio y televisión; mil 382 quejas, en su mayoría por actos anticipados de campaña, y 18 sanciones al presidente por intromisión en el proceso, este domingo 2 de junio, 98.3 millones de mexicanos están convocados a acudir a las urnas para elegir entre la continuidad de la autollamada Cuarta Transformación, en manos de Claudia Sheinbaum, o el cambio que plantea la oposición del PAN, PRI y PRD, unificados en la candidatura de Xóchitl Gálvez. Estas elecciones resultan históricas porque, por primera vez, una mujer podría ocupar la presidencia de México, un país con una profunda cultura machista. Esto, porque las dos candidatas llegan como punteras en una contienda en la que, también por primera vez en la historia del país, hay un solo candidato varón en la boleta: Jorge Álvarez Máynez, del partido Movimiento Ciudadano, un milenial de 38 años que hizo una campaña buscando el voto de los 26 millones de jóvenes entre 18 y 29 años de edad con credencial para votar en esta jornada y tambièn jugando del lado del oficialismo para restar votos a la oposición real. Además, los comicios “más grandes de la historia” se desarrollan tras un proceso en el que Andrés Manuel López Obrador tuvo una injerencia constante, vulnerando la equidad en la contienda con pronunciamientos electorales permanentes desde su conferencia mañanera, que le han valido diversas sanciones por parte de la Comisión de Quejas del Instituto Nacional Electoral, pues los artículos 41 y 134 de la Constitución obligan al presidente -y a los funcionarios públicos en general- a mantener la imparcialidad y la neutralidad en las campañas electorales. Todo esto, en un entorno de incidencia delictiva histórica que perfila al actual proceso como uno lo más violentos de la historia. El Instituto Nacional Electoral ha confirmado que 222 casillas no podrán instalarse debido a conflictos sociales y de inseguridad, principalmente en Michoacán y Chiapas. También se trata de los comicios más grandes de la historia con 20 mil 708 cargos de elección popular. Más de 98 millones 329 mil ciudadanas y ciudadanos registrados en la Lista Nominal podrán votar para renovar 629 cargos federales, incluyendo la Presidencia, 500 diputaciones y 128 senadurías, así como 20 mil 79 cargos locales, entre ellos 9 gubernaturas y mil 82 presidencias municipales. Lo anterior hace también de estas elecciones las que mayor interés han generado de los observadores internacionales, con mil 309 provenientes de 63 países, de acuerdo con el INE. Estas elecciones decidirán la continuidad o el cambio en la presidencia, y el rumbo del país para los próximos seis años, en un contexto de polarización social, violencia y un estancamiento económico no visto desde fines de los setentas y ochentas cuando la política populista de Luis Echeverría y José López Portillo hundieron al país. De ese grupo viene López Obrador, por ello la coincidencia en muchas de las políticas públicas impulsadas por él. La composición del Congreso es lo más importante. La duda central es si tras las votaciones de este 2 de junio será un poder que sirva como contrapeso o Morena y aliados lograrán conseguir el número de escaños y curules necesarios para tener la mayoría calificada tanto en el Senado y la Cámara de Diputados con la que puedan continuar con el llamado Plan C del AMLO que busca concretar las reformas constitucionales que tiene pendientes, como la desaparición de los organismos autónomos y la elección de magistrados y jueces por voto popular. En el sexenio de López Obrador la tasa de aprobación de iniciativas es de 63%, que es más baja que la de sus antecesores, pese a tener mayoría absoluta, con lo que fácilmente puede hacer cambios a leyes secundarias, pero no constitucionales. (Con información de Arena Pública, Animal Político y Tribuna Económica).