A cambio de nada

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López Obrador tuvo razón cuando dijo: “hay que atender las causas de la violencia, la migración y el narcotráfico”. Los hechos demuestran que, las causas, no fueron atendidas completamente o se atendieron mal. Dos meses antes de tomar posesión y, ya como presidente, les prometió a los migrantes, visas de trabajo, protección, cuidado, atenciones y un trato digno durante su peregrinaje a la frontera norte. Los migrantes aceptaron esperanzados la invitación del presidente y, se vinieron en masa, pero, ese pero que nunca falta, no contaban con la astucia de Trump quien, “LO DOBLÓ”. Y tan lo dobló que, mandó 28 mil soldados a la frontera sur para detenerlos, a trompadas y a patadas. “LAS FRONTERAS HIERVEN” y, HOY, HOY, HOY, dijo que enviaría al sur más elementos de la guardia nacional para “informarles” a los migrantes que no deben seguir adelante. A los migrantes les da lo mismo el título 42 que el 8: huyen de la miseria, de la violencia, de los abusos, de la opresión, para encontrar en México más miseria, violencia, abusos y hasta un ataúd; que es lo único que les ha proporcionado a decenas de ellos el gobierno de López: un digno ataúd. “Abrumadora la cooperación de México en el tema”, dijo ayer Joe Biden y, le sobra razón al flaco de oro. En su última visita a México, “redobló” a López quien, muy sonriente, aceptó recibir hasta mil migrantes diarios, 30 MIL MIGRANES AL MES, 300 MIL AL AÑO. Aceptó que, nos avienten, la población de una ciudad mediana en unos meses, a cambio DE NADA, DE NI SIQUIERA UN MÉNDIGO CENTAVO DE DÓLAR. Ese es el patriota presidente que, en las mañaneras, con uñas y dientes defiende la soberanía nacional pero que, en los hechos, ante el presidente Biden, “que es muy buena persona”, se dobla o, genuflexiona, para que no se oiga tan feo.