Al presidente y sus carniceros

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El presidente hizo memoria de la generosidad del fundador de este semanario, José Pagés Llergo, con su persona. Relató en la “mañanera” –del pasado miércoles– que cuando era joven y pobre pasó caminando, junto con varios amigos tabasqueños, por la calle de Vallarta y al ver asomado en el balcón a José Pagés Llergo le pidió ayuda para comer. López Obrador cuenta que el director de Siempre!, –un paisano tabasqueño mal hablado– los recibió y les entregó como ayuda una cantidad. Con eso, dijo el presidente nos fuimos a los caldos Zenón. Trajo a cuento la anécdota para hacer lo que acostumbra: denostar al contrincante. Él, José Pagés Llergo, era generoso, pero ella, su hija, está en contra nuestra porque es del PRI. Vayamos por partes, señor presidente. En primer lugar, igual que usted, ya no milito en el PRI. Renuncié a ese partido en junio del 2019. Luego, yo no critico a su gobierno por razones partidistas sino por tratar de instaurar en México una dictadura. Un gobierno autocrático que desprecia las instituciones y la división de poderes. Usted preguntó en la “mañanera” ¿Qué diría el Chelo de su hija? No se qué diría de mi, pero sí se lo que pensaría sobre el estilo despótico de su gobierno. José Pagés Llergo dedicó su vida a combatir los excesos de poder y a defender, como periodista, la libertad de expresión. Hoy –de vivir– sería una víctima más por atreverse a exhibir las arbitrariedades y mentiras del régimen. Tenga la seguridad, señor presidente, que José Pagés Llergo no sería aliado suyo. Pero, vamos a lo importante. Usted dedicó más de veinte minutos de la “Mañanera” para desmentir lo que en Atypical Tv –Carlos Alazraky, Javier Lozano y yo–s, comentamos sobre la entrada ilegal de venezolanos a México desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. ¿Por qué le dio tanta importancia? ¿Por qué es mentira, o porque es verdad y teme que se descubra el uso ilegal que pretende darle a la terminal aérea de Santa Lucía? El registro de vuelos extraños y sin registro en varios aeropuertos del país ha provocado que muchos se pregunten si la prisa con la que ordenó construir el AIFA tiene que ver con la necesidad de abrir una puerta clandestina a cubanos, venezolanos, iraníes y a todos aquellos grupos que puedan ayudarlo a consolidar su proyector dictatorial. Mentirosos, no somos. Hay reportes periodísticos puntuales sobre aviones que han aterrizado en territorio nacional sin dejar registro. Una nota del Financiero publicada el 1 de junio de 2022 titulada “Las turbulentas operaciones de vuelos de Venezuela en el AIFA” dice que : “Los vuelos entre el aeropuerto de Caracas, en Venezuela, que opera Conviasa, la empresa del Estado de ese país latinoamericano, y la terminal de Santa Lucía carecen de registro, pese a que en marzo ingresaron 4 mil 438 venezolanos a México” ¿Qué calidad migratoria pueden tener los pasajeros de aviones que llegan secretamente al país? Vamos a decirlo de otra manera: ¿Por qué ocultar la vía a través de la cual están llegando extranjeros a México? Los argumentos utilizados por el señor Francisco Garduño, Comisionado del Instituto Nacional de Migración, con el solo propósito de darle por su lado al presidente, solo sirven para tomarle el “pelo” a la gente. Decir que por el AIFA no pueden entrar venezolanos indocumentados porque hay suficientes filtros y porque el responsable de migración es un general retirado, no significa nada en un gobierno donde todos están sometidos al tirano. Pero hay otras razones por las cuales López Obrador dedicó tanto tiempo a desviar la atención. Quiere convencer a Washington de que su gobierno no hospeda a grupos ilegales que puedan afectar la seguridad nacional de Estados Unidos. Tan preocupa el tema a Estados Unidos que el 24 de marzo de este año el jefe del Comando Norte, Glen VanHerck afirmó que “hay más espías rusos en México que en otra parte del mundo”. Como consecuencia el Canciller Marcelo Ebrard salió rápidamente a desmentir al general norteamericano y le pidió –como ahora se nos pide a nosotros– presentar pruebas. Pero, hay un caso más grave que el de los venezolanos en el AIFA. El asunto del avión iraní que aterrizó en Querétaro. El asuntó estalló cuando diputados de Argentina presentaron una denuncia por el aterrizaje de una aeronave que llegó a ese país procedente de México. El avión era operado por una empresa de carga venezolana que había pertenecido a la Guardia Revolucionaria Iraní, considerada por Estado Unidos como terrorista. Los legisladores argentinos notificaron que en el avión iban 12 venezolanos y 5 iraníes. Incluso se dijo que el piloto era comandante de las fuerzas islámicas Quds y que todos eran buscados por la Interpol. Estos y otros casos obligan a preguntar: ¿Qué uso le está dando el régimen al espacio aéreo y al territorio nacional? Cuando el presidente siente que lo desenmascaran envía a sus “carniceros de la información” a destruir a quienes se atrevieron a denunciarlo. Jesús Ramírez Cuevas ha convertido la vocería de presidencia en un excusado. Con agua de letrina fabrica, él y sus incondicionales, todo tipo de ofensas vulgares y humillantes para “defender” al presidente. Con aguas pestilentes inundan las redes sociales para descalificar verdades que incomodan al autócrata, como son los cometarios vertidos en Atypical sobre los venezolanos que han penetrado sin registro al país. Lo mismo sucedió cuando dijimos que los médicos cubanos no eran médicos, sino militares adiestrados en preparar subversiones. Señor presidente: Ojala y estemos equivocados. Si se demuestra que usted pretende convertir el país en nido de terroristas o en un centro de adiestramiento al servicio de Cuba, Venezuela y Rusia, las cosas van a terminar muy mal para México y su gobierno. ****Directora de la Revista Siempre