Para 1982, México había nacionalizado el 85 por ciento de su economía. Los años ochenta no trataron con bondad a México y supuestos intentos de neoliberalización se apoderaron de México a finales de los ochenta y noventa. Pero a medida que la estupidez de las empresas gubernamentales se desvanece de nuestra memoria colectiva, se reintroducen los viejos métodos. A pesar de una historia de fracasos, el gobierno mexicano, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, parece obsesionado con repetir esos fracasos. Por ejemplo, como parte de su intento de “organizar” el sector energético (tal vez enlace aquí al último artículo que envié), México creará una nueva empresa estatal que estará a cargo del litio de la nación. Como señaló El Financiero , “la titular del Ministerio de Energía, Rocío Nahle, confirmó que la exploración y explotación del mineral requerirá la creación de una empresa estatal”. Cuando se le preguntó acerca de esta medida, Nahle recordó la expropiación de las compañías petroleras en México en 1938, una medida que Nahle elogió y dijo: “[D] u ocho décadas, [la expropiación del petróleo] nos dio riqueza, escuelas, hospitales, carreteras…. El litio será el mismo, sin duda, y creo que será más rápido, un mineral tan estratégico que hoy es materia prima para la fabricación de baterías ”. Este llamamiento a PEMEX, la compañía petrolera estatal que fue el resultado de la expropiación de 1938, es, francamente, hilarante. De hecho, el mismo día que El Financiero publicó el artículo, también publicó un artículo que decía que el gobierno mexicano cubrirá las deudas de PEMEX (que suman aproximadamente $ 36 mil millones ) que vencen en 2024. Una empresa estatal funciona tan bien que ¡Hay que quitar el velo de amiguismo para que el Estado salve a su hijo corporativista es el modelo propuesto para esta nueva empresa de litio! Qué grandioso. Como se explicó anteriormente, Ludwig von Mises y Murray N. Rothbard dejaron muy claro que no hay nada que el gobierno mexicano pueda hacer que beneficie al pueblo mexicano. Es apodícticamente imposible que la acción estatal persiga el bien común. Esta toma de poder por parte de las élites en la Ciudad de México solo los beneficiará a ellos y a quienes están conectados a ellos. Parece demasiado obvio ni siquiera escribir, pero monopolizar la producción de litio no puede enriquecer a los mexicanos. No funcionó con petróleo, no funcionó con bancos y no funcionará con litio. Incluso si esta nueva empresa pudiera llevar el precio de las baterías y otros productos de litio por debajo del precio actual del mercado, sería infantil reclamar la victoria. Si el gobierno mexicano decidiera gastar el PIB de toda la nación en la creación de la computadora más poderosa conocida por el hombre, No dudo que se crearía una computadora poderosa. Pero, ¿cuál sería el costo? Hambruna para todo el país. Lo mismo se aplica aquí. Incluso si el estado reduce con éxito el precio del litio, esto no creará riqueza; sólo provocará una redistribución de recursos. Esta redistribución alejaría los recursos de los deseos y necesidades de las personas, empobreciendo a la sociedad. ¿De qué sirven las baterías más baratas si suben los precios de los alimentos? No se puede reiterar lo suficiente: el estado no puede crear. El estado solo roba y redistribuye. Solo perturba. No puede beneficiar a la sociedad de ninguna manera, incluso si toma el control del litio. Solo el ahorro y la inversión, alimentados por el respeto a los mercados, enriquecerán a los mexicanos. La interferencia del estado solo se interpondrá en el camino. Lo mismo se aplica aquí. Incluso si el estado reduce con éxito el precio del litio, esto no creará riqueza; sólo provocará una redistribución de recursos. 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