Ya llegó, ya está aquí, en vivo y en directo, en el cuartel de Mexicali, el señor del gran poder, el creador del monstruo de Ayotzinapan, el presidente de México, jefe del estado, jefe del gobierno y comandante supremo de las fuerzas armadas. En avión militar llego anoche al desierto, a esta tierra inhóspita donde no hay agua, donde el calor supera los 50 grados, la encarnación de las virtudes y buenas costumbres. Hoy, su excelencia, cuya autoridad moral está por encima de la ley, incluyendo la Constitución, nos dará a conocer que, a partir del último día de marzo, por decreto, Baja California, contará con el mejor sistema de salud del mundo (mejor que el de Dinamarca). El mandatario y mandate, ante un auditorio expectante, informará de manera puntual y clara que, en esta tierra, parte más septentrional de la patria, cuenta ya con hospitales de primer nivel, clínicas, doctores, enfermeras, especialistas, laboratorios, medicinas y estudios médicos de todo tipo para atender, de manera gratuita e inmediata, con calidad y calidez, a toda la población. Agradecemos a su Celsitud por haber destinado, durante su floreciente gobierno, tantísimos recursos a nuestros puertos, carreteras, distrito de riego, seguridad pública, baches, educación, salud y protección a los migrantes abusados brutalmente por funcionarios de su gobierno. Gracias al presidente por su solidaridad y empatía con el dolor de las madres buscadoras, ellas, están muy agradecidas por su apoyo incondicional. Le agradecemos haberse llevado la inversión de 1400 millones de dólares al sureste porque, como sabiamente lo ha dicho, en Mexicali no hay agua, el agua está en Tijuana. Ojalá que, con el conocimiento inmenso que lo distingue, en esta visita firme otro decreto para que, el Acueducto, en vez de mandar agua a Tijuana, se utilice para enviarla a Mexicali, la ventaja es que, por con el flujo inverso, no se va a gastar luz, ya que el agua caerá de arriba para abajo. ¡Aleluya!.