Mañana, la presidente Sheinmbaum, presentará el ‘Plan México’, para enfrentar las amenazas deTrump. Ayer, Trump, retomó sus advertencias: “El 20 de enero… arancel del 25 por ciento a TODOS los productos que ingresen a Estados Unidos… ¡Este arancel permanecerá en vigor hasta que las drogas, en particular el fentanilo, y todos los inmigrantes ilegales detengan esta invasión a nuestro país! La presidenta le respondió: “a un arancel vendrá otro en respuesta”. En el mismo sentido, Marcelo Ebrad, dijo: “sin pones aranceles; México responderá con aranceles. Tenemos condiciones para jugar a favor de México”. Enredado en la bandera tricolor, el presidente del senado, Noroña, escribió ayer: “¿nosotros qué aranceles deberíamos ponerle (sic) a sus mercaderías…”. “A un arancel, vendrá otro arancel, hasta que pongamos en riesgo empresas comunes…” le advirtió Claudia. ¿Tendrá calculado la presidenta el resultado de poner en riesgo ‘empresas comunes’? Envolvernos en la bandera, puede ser una respuesta valiente; pero tal vez no sea la más inteligente. El pasado, que tanto les gusta a nuestros gobernantes, nos demuestra que las ideologías nacionalistas, socialistas, proteccionistas o supremacistas fracasaron. Como decía el padre Montaño, ¡Párense a Pensar! La «ilógica económica» campea aquí y al otro lado: TRUMP: atenta contra el tratado de integración económica de Norteamérica. Con Aranceles: pretende frenar la entrada de drogas, inmigración y movimiento de trabajo en Estados Unidos. La Paradoja: el mercado norteamericano demanda drogas y, su dinámico mercado laboral, inmigrantes para miles de puestos de trabajo. Trump vive, en los tiempos del mercantilismo, del colonialismo, cuando, el proteccionismo funcionaba. Hoy: sabemos que el liberalismo comercial sigue siendo la clave para el crecimiento económico. El Tratado de Libre Comercio, promovido por Carlos Salinas, «aunque no lo quieran reconocer algunos», fue la clave para detonar el crecimiento económico de México. Entrar al juego de Trump, -del toma y daca-, terminará en una guerra comercial que –no- podemos ganar. Las consecuencias serían catastróficas. No estamos, como dice el fuerte, audaz y valiente Pancho Pantera Ebrad, en “condiciones ventajosas”, para ponerle trabas comerciales a Estados Unidos. El presupuesto 2025 lo dice todo: recortes hasta el hueso, más endeudamiento y un pobre margen de maniobra para la inversión pública. Para acabarla de amolar, las proyecciones de crecimiento económico para 2024 y 2025, son –muy, muy- desfavorables. Responder a las amenazas de Trump, con una guerrita comercial, es caer en el juego equivocado; podrá ser muy aplaudido por las multitudes morenistas, pero no sería nada inteligente.