Se cuentan con los dedos de la mano los políticos congruentes, coherentes y trascendentes. ¿Hasta qué punto deben aceptar los ciudadanos que, priistas o panistas de hueso colorado, se vaya a MORENA? Ante el proceso de extinción de sus partidos, blanquiazules y tricolores, cual impudorosos saltibanquis, maromean al partido en el poder. La lista se hace más grande cada día…Amador, Fernando Jorge, Nancy Guadalupe, Miguelito Bujanda, Kiki Méndez, Vega Marín, loquito Navarro,“latin lover” Molina… Desde el momento en que chaquetearon, los conversos al morenismo, aseguran profesar la ideología de la cuarta transformación de las conciencias renovadoras y sus tres mandamientos: “No robar, no mentir y no traicionar”. Algunos de ellos se volvieron más obradoristas que Obrador… Ahí tienen a Nancy Guadalupe quien, para tratar de quedar bien con los morenos, promueve la ocurrencia presidencial de elegir, mediante el voto popular, a 7 mil jueces federales y estatales en, un día, ¡Bendito Sea Dios! Hoy con morena, como ayer con el PRI, sigue vigente que, “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”, “¡EN EL HORROR!”, grita Miguel Bujanda. Pero hay de camaleones a camaleones conversos. Jorge Ramos, por ejemplo, por mas que rema ramos, no entra ni con calzador en el ánimo de los Morenos. Los guindas le echan en cara que, hace unos meses, compraron a su faro, luz y guía espiritual con un mesías perdonavidas. Remos denunció entonces que, quien entra a Morena, por muy bandido que haya sido, inmediatamente se santifica; sus pecados le son perdonados y su pasado penietente queda en el olvido. «Tal vez por eso se quiere hacerse moreno». Ya fue a bautizarse a río Jordán, quiere ver la luz, dejar atrás la brega de eternidad, su vida pecadora en el PAN, convertirse al obradorismo y abrazar la doctrina que hace unos meses regurgitaba. La ideología no importa. Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error. Los camaleones coversos perdieron la vergüenza y, quienes los invitaron al movimiento transformador, también. El objetivo es uno y es claro: ganar a toda costa, cueste lo que cueste, la mayoría calificada en el Congreso para cambiar la Constitución, como quiere el presidente y la candidata Claudia Sheinbaum Pardo.