Combustible a la dictadura

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La paradoja es tan indignante como evidente: mientras en entidades como Ciudad de México, Estado de México, Nuevo León o Chiapas se forman largas filas por el desabasto de combustible y las familias enfrentan una de las gasolinas más caras del mundo, el gobierno se da el lujo de regalar petróleo y gasolina a la dictadura cubana, como si México viviera en la abundancia. Cuba ha sobrevivido gracias al subsidio externo. Primero fue la Unión Soviética, que la sostuvo para mantener un pie estratégico cerca de Estados Unidos. Tras el colapso del bloque socialista, la isla entró en la peor crisis de su historia. La “salvación” llegó en 1999 con Hugo Chávez, quien convirtió a Venezuela en mecenas del castrismo: petróleo y recursos a cambio de servicios de inteligencia y manuales de control autoritario que garantizaron la permanencia del chavismo en el poder. Pero con la caída de los precios del crudo, las expropiaciones y el desmantelamiento de la industria petrolera, Venezuela dejó de sostener a Cuba. Hoy, el patrocinador en turno se llama México. Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador iniciaron los envíos gratuitos de petróleo a través de Pemex, que en 2023 y 2024 sumaron cerca de mil millones de dólares. Sin embargo, Claudia Sheinbaum superó a su antecesor: en apenas un mes de 2025, entre mayo y junio, envió casi la misma cantidad. De acuerdo con reportes oficiales, entre el 29 de mayo y el 27 de junio, Pemex, a través de Gasolinas del Bienestar (el programa con el que el gobierno reparte combustible mediante convenios y envíos subsidiados, originalmente diseñado para flotillas oficiales y comunidades marginadas), embarcó hacia Cuba más de 10.2 millones de barriles de crudo y 132 millones de litros de turbosina, diésel y gasolina regular, con un valor superior a 850 millones de dólares en tan solo un mes. Para dimensionarlo: esa cifra equivale a todo lo que México exportó en 2023 y 2024 juntos. Lo más grave es que estas operaciones no representan un negocio rentable. Gasolinas del Bienestar reportó pérdidas por 324 millones de dólares en 2023 y apenas una ganancia simbólica en 2024. En otras palabras: lo que se mandó a Cuba salió directamente de nuestros impuestos. Combustible vendido por debajo de su costo real o, de plano, regalado. Y conviene recordarlo: México no es autosuficiente en gasolinas. Es decir, lo que enviamos a Cuba es justamente lo que aquí tenemos que comprar más caro en otros mercados. La lógica es simple: aquí escasea y se paga a precio de lujo; allá se reparte gratis. Además, estas operaciones han tenido consecuencias concretas y negativas en la relación con Estados Unidos. En agosto de 2023, la agencia estadounidense de créditos a la exportación EximBank canceló una línea de financiamiento a Pemex por aproximadamente 800 millones de dólares, tras descubrir que se habían realizado envíos gratuitos de petróleo a Cuba, país sometido al embargo económico estadounidense. Más aún, el hoy Secretario de Estado, Marco Rubio, advirtió que México y Pemex podrían enfrentar sanciones adicionales si se utilizan bancos o instituciones financieras de Estados Unidos para facilitar estas transacciones, ya que podrían violar leyes como la Ley Helms-Burton. Sheinbaum no solo reconoció los envíos; también advirtió que continuarán bajo el argumento de la “ayuda humanitaria”. Pero si de ayudar se trata, ¿no debería empezar por los mexicanos que hacen fila para pagar gasolina cara en el país que ella gobierna? Este episodio no es un caso aislado de “solidaridad” con la dictadura. Entre 2020 y 2025, México ha destinado más de 2 mil millones de pesos a la contratación de médicos cubanos, sin que nadie pueda acreditar con certeza sus actividades en territorio nacional. Y ahora se suman miles de millones en recursos estratégicos regalados, mientras dentro del país enfrentamos inflación, estancamiento y desabasto. El tema parece ir más allá de la simple afinidad ideológica. La pregunta es inevitable: ¿qué recibe México a cambio de entregarle tanto a Cuba? ¿Acuerdos estratégicos que no se transparentan, favores políticos, compromisos económicos ocultos? Lo único cierto es que el costo lo pagan los mexicanos: gasolina más cara, escasez en las estaciones, un Pemex cada vez más quebrado y un gobierno que prefiere sostener dictaduras extranjeras antes que garantizar bienestar. Al final, lo que México le entrega a Cuba no es solidaridad ni diplomacia: es combustible a la dictadura, mientras aquí dejamos a millones pagando la escasez y el precio más alto. Imagen: José Antonio Garci en redes.