Cómo reducir el estrés al dar regalos a tus hijos

foto-resumen

Por Ángela J. Narayan Profesor asociado, programa de doctorado en Psicología Clínica Infantil, Universidad de Denver De niña, me encantaba ser el centro de atención. Así que fue un problema cuando mi hermanito nació un día antes de mi cumpleaños. Durante años, les rogaba a mis padres que me dieran un regalo de cumpleaños "un día antes". Mi tranquilo hermano recuerda que pensaba: "No me importan los regalos. ¡Dale el mío!". Como profesora asociada y psicóloga infantil en la Universidad de Denver, especializada en desarrollo infantil y crianza, he aprendido sobre estos desafíos asociados con la compra de regalos. Las fiestas, si bien son una época mágica, también pueden ser estresantes. La sociedad espera que los padres compren regalos, independientemente de su situación económica, y los propios niños suelen experimentar diversas emociones complejas. La reacción de los niños a los regalos está parcialmente relacionada con el temperamento, que se refiere a la variedad de maneras en que los niños experimentan, perciben e interactúan con el mundo. El temperamento es precursor de la personalidad: algunas personas son introvertidas, mientras que otras son extrovertidas. El temperamento es parcialmente hereditario. Esto significa que un padre introvertido que siente presión social para comprar muchos regalos a su hijo tímido y fácilmente abrumado puede estar causándole estrés sin darse cuenta. Ante este dilema navideño, a menudo me hacen preguntas como "¿Existe un número mágico de regalos para darles a mis hijos?" o "¿Qué regalos mantendrán la atención de mi hijo por más tiempo?" Si bien no hay una respuesta fácil para ninguna de las preguntas, estos consejos y trucos pueden ayudar a los padres a ser más considerados e intencionales a la hora de comprar regalos, especialmente para los niños pequeños. La regla de la edad Los niños pequeños no pueden concentrarse en muchas cosas a la vez. Una buena regla general es que un niño de 1 año solo puede concentrarse en una cosa a la vez. Un niño de 2 años puede concentrarse en dos cosas como máximo, y uno de 3 años, quizás en tres, y así sucesivamente. Deténgase en cinco. Muy pocos niños necesitan más de cinco regalos, así que no dude en reducir la cantidad. La regla de la atención A menudo he buscado el regalo mágico que mantenga a mis hijos ocupados durante horas, y hasta ahora no lo he encontrado. Lo que he descubierto es que mis hijos, de 5 y 7 años, se emocionan con las cosas que a mí me emocionan. Así que intento comprarles cosas que me parecen divertidas. Pregúntate con qué te gustaría jugar si volvieras a ser niño. Seguro que tus hijos estarían encantados de acompañarte en esas actividades. La regla del juego Los juegos de cartas y de mesa son regalos geniales, a menudo económicos, divertidos para todas las edades (excepto bebés, claro) y capaces de captar la atención durante mucho tiempo. Además, no suelen ocupar mucho espacio. Me encanta regalarles a mis hijos juegos que no solo sean divertidos, sino que también les enseñen habilidades útiles. Los juegos colaborativos para preescolares y niños en edad escolar temprana, como el Juego de las Hadas y Outfoxed, enseñan resolución de problemas, trabajo en equipo y razonamiento temprano. Los juegos para niños de primaria, como Sorry y Battleship, enseñan a los niños a gestionar situaciones difíciles, como no llevar siempre la delantera, ser un buen compañero incluso si van perdiendo y perder con elegancia. Juegos de cartas clásicos como el Uno y el Memory, y otros más recientes como Sleeping Queens y Exploding Kittens, son ideales para ejercitar la memoria de trabajo, pensar con flexibilidad, perseverar y desarrollar estrategias. Y lo más importante, jugar juntos fomenta el tiempo en familia, lo cual es un excelente antídoto contra el estrés, el mal humor y el aburrimiento. La regla de la presión Imaginen la experiencia navideña a través de los ojos de cada uno de sus hijos. Algunos niños disfrutan recibiendo regalos, como yo. Otros, sin embargo, pueden sentirse cohibidos, abrumados por la sobrecarga sensorial: todas las texturas, el bullicio y los colores brillantes, por no mencionar la gente mirándolos fijamente. La sorpresa, combinada con la presión social tácita de ser amable y estar bien controlado, es un desafío para cualquier niño pequeño. Esperamos que los niños pequeños contengan su emoción, retrasen la gratificación y reaccionen positivamente a la sorpresa. Y luego den una respuesta educada. Todas estas son peticiones complejas, que rara vez se enseñan de forma directa o explícita. No es de extrañar que muchos niños muestren emociones negativas, tengan rabietas o incluso simplemente digan "¡Estoy cansado!" durante las celebraciones navideñas. Por eso, más allá de la naturaleza precisa del "regalo perfecto", no debemos perder de vista lo que debemos hacer. Esto es invertir en la unión y ayudar a los niños a aprender habilidades como la paciencia y la capacidad de esperar turnos, fortalecer la memoria, planificar con anticipación, no rendirse y que ser un buen compañero dará sus frutos más adelante. Estas habilidades facilitan una atención, concentración y enfoque más prolongados, además de la confianza. Mi hijo de 7 años se está convirtiendo en un hábil jugador de ajedrez porque le hemos enseñado las reglas y la estrategia, y le hemos ayudado a practicar. Quizás este sea el verdadero regalo mágico: no la compra en sí, sino la decisión de invertir tiempo con tu hijo desde pequeño.