“Cuando el Hombre Encontró al Perro”

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Los terremotos de Turquía y Siria son uno de los desastres naturales más calamitosos del último siglo. 39, 000 muertos y sigue creciendo la cifra macabra. Más de 74, 000 heridos. 6, 400 edificios destruidos. 380, 000 personas sin hogar. Frío, hambre, dolor, guerra, olor a muerte, tristeza inconsolable… La madrugada de ayer murió Proteo, el perro rescatista mexicano que ayudaba en las labores de búsqueda de sobrevivientes y fallecidos entre los escombros causados por el terremoto. Proteo falleció tras producirse un derrumbe en uno de los edificios donde buscaba bajo los escombros. Lo rescataron con vida... falleció horas después. “Cumpliste con tu misión como integrante de la delegación mexicana en la búsqueda de nuestros hermanos en Turquía. ¡Gracias por tu heroica labor! Expresó la Secretaría de la Defensa Nacional. Los integrantes del Ejército y Fuerza Aérea mexicanos lamentaron profundamente “la pérdida de nuestro gran compañero el can Proteo”, se lee en la imagen en la que se dio a conocer su muerte. El perro ya había colaborado en el rescate de dos víctimas. La misión de rescatistas especializados mexicanos realiza labores de búsqueda en los 70 edificios que les fueron comisionados. Villela, el soldado con el compañero de Proteo, le expreso: “Quiero decirte que me siento orgulloso de ti, porque siempre fuiste un perro fuerte, un perro trabajador, que nunca te diste por vencido”. El emotivo mensaje del soldado a su amigo, nos recuerda un pasaje de, “Cuando El Hombre Encontró al Perro, de Konrad Lorenz: “La fidelidad de un perro es un don precioso que impone obligaciones morales no menos importantes que la amistad con un ser humano. La vinculación afectiva con un perro fiel es tan “eterna” como puede serlo, en general, otra entre los seres vivos de la tierra”.