En mayo, el consumo privado total disminuyó 1.03% mensual, luego de un crecimiento de 0.90% en abril. La caída mensual se encuentra muy por debajo de la estimación del Indicador Oportuno del Consumo Privado que anticipaba una caída de 0.3% en el mes. Cabe mencionar que el próximo 14 de agosto se actualizará este indicador, con la revisión de la estimación para junio y la cifra preliminar del consumo de julio. Con respecto a mayo de 2024, el consumo privado registró un retroceso de 0.88%. Con esto, el consumo muestra caídas en cuatro de los primeros cinco meses del año, algo que no sucedía desde el 2009, cuando el consumo disminuyó en los cinco primeros meses del año. Cabe recordar que, en ese año, la economía de Estados Unidos atravesaba una crisis financiera que provocó caídas en las exportaciones de México, afectando al empleo y el consumo de México. El consumo se compone de dos grandes componentes: 1) bienes y servicios de origen nacional y 2) bienes importados. El consumo de bienes y servicios de origen nacional fue el componente que propició la caída del consumo privado en mayo, pues mostró una disminución mensual de 1.32%. Tanto el consumo de bienes como el de servicios mostraron disminuciones mensuales, pero destaca la caída de los bienes de 2.43%, la más profunda desde abril de 2024. Por su parte, el consumo de servicios cayó 0.14% mensual, luego del incremento de 0.66% en el mes anterior. En cambio, el consumo de bienes importados limitó la caída del consumo total, pues registró un crecimiento de 0.25%, después de la caída de 0.94% de abril. El aumento del consumo de bienes importados estuvo impulsado por la apreciación del peso. Estos incrementos en el consumo de servicios y de bienes importados podría estar reflejando señales de leve y débil mejoría económica. En los primeros cinco meses del año, el consumo privado muestra una caída de 0.59% respecto al mismo periodo del año pasado. Esto es muy relevante, pues el consumo es la partida más importante del PIB de México y solo había caído en el acumulado de los primeros cinco meses en 1995, 2009, y 2020, todos considerados periodos de recesión. En el acumulado del año, la caída del consumo se debe a la disminución del consumo de bienes importados de 6.12%, siendo su mayor caída para un periodo igual desde el 2020. Por su parte, el consumo de bienes y servicios de origen nacional mostró un crecimiento de solo 0.80%, lo que representa el menor crecimiento desde el 2020. Al interior de este componente, el consumo de bienes mostró un crecimiento de 0.56% anual, mientras que el consumo de servicios aumentó 1.10% anual, siendo el menor crecimiento desde 2021. La disminución del consumo privado en mayo está asociada al deterioro del mercado laboral, la desaceleración en las remesas, cautela y recorte en el gasto público. Cabe recordar que en abril y mayo, el IMSS reportó pérdida de empleo, mientras que las remesas mostraron una caída anual en mayo, a pesar de que históricamente los migrantes enviaban más remesas ante la celebración del día de las madres en México. Además, de acuerdo a los datos de finanzas públicas, hasta mayo el gasto público destinado a programas sociales mostraba una contracción de 10% anual. En junio, el empleo formal registrado ante el IMSS volvió a contraerse, a la par que las remesas mostraron un desplome. Con todo esto, es muy posible que el consumo haya vuelto a caer en junio, pero esto se conocerá el 14 de agosto, cuando se publica el Indicador Oportuno del Consumo Privado, que es el pronóstico que INEGI estima del consumo privado. Para el resto del año, se estima que las caídas en el consumo serán cada vez más limitadas y que en todo el 2025, el consumo privado no crecerá. ***Directora de Análisis Económico en Grupo Financiero BASE. Por Gabriela Siller Pagaza / Análisis Económico Banco Base