Por Joaquín López Dóriga El doctor Julio Frenk, un científico mexicano reconocido en todo el mundo, me hizo ayer una crítica demoledora de la política de salud pública del presidente López Obrador y se dijo abierto a debatirla. Fue titular de la SSA de 2000 a 2006, creador del Seguro Popular que el actual gobierno desapareció el 31 de diciembre de 2019 para arrancar al día siguiente, y a dos meses de la declaración de emergencia por el Covid, el INSABI, cuya desaparición tres años después, confirma su letal ineficacia, tres años en los que se registró, me dijo, un deterioro muy sustancial en los indicadores críticos de salud en México. Y apuntó los más graves: 1, Duplicó el número de hogares con gastos catastróficos hasta llegar a 4.7 millones. Arrancó el INSABI en medio de la pandemia, cuando lo sensato era haberlo pospuesto para atender la emergencia, lo que llevó a que México tuviera uno de los más altos índices de mortalidad en el mundo: 700 mil muertes en exceso. Produjo un retroceso de cuatro años en la esperanza de vida, para llevarla a niveles de 1991. Esta es la primera reducción generalizada de esperanza de vida en cien años. Empeoró la carencia de acceso a servicios de salud al pasar de 30 a 50 millones de mexicanos sin ese derecho vital, lo que explica que se haya duplicado el número de hogares con gastos catastróficos. Y los ingresos adicionales por programas sociales, no mejoraron el bienestar. Sobre la ilusión, engaño diría yo, de tener un sistema de salud como en Dinamarca, el doctor Frenk dijo que vamos en el sentido trágicamente opuesto y planteó que el próximo presidente tendrá que establecer una acción de emergencia en sus primeros cien días de gobierno para recuperar el desastre que en materia de salud pública dejará el gobierno de López Obrador. Así el saldo de la política de salud pública en la 4-T y a ver quién le debate. Imagen: IMCO.