Por Ray Cardello Ya sea por arrogancia o por ignorancia, Disney World y Netflix están sintiendo el impacto financiero de atender a los WOKE. Desde que comenzó esta última saga para Disney, han perdido $34 mil millones en valor, y con los cambios en su estatus en Florida, hay mucho más que perder. Para Netflix, sus acciones se desplomaron un 35% solo esta semana. El gigante del streaming culpa de esta caída a muchas cosas. Al igual que Biden, ¡Netflix incluso culpa a Putin! Disney cometió dos errores significativos en las últimas semanas, que resultaron costosos. El primero fue permitir la filtración de un video de una reunión interna de Zoom. Este video mostró al personal clave de la gerencia de Disney explicando cómo se están diversificando y haciendo que el lugar más feliz de la Tierra sea lo más gay posible. Si esto no fuera suficiente, la compañía Disney se pronunció enérgicamente contra el Proyecto de Ley de Derechos de los Padres recientemente firmado por el gobernador DeSantis. Cayeron en la misma trampa que la mayoría contra el proyecto de ley llamándolo Anti-Gay Bill. No hay mención de homosexual o cualquier orientación sexual en el texto del proyecto de ley. Disney perdió el rumbo y fue más allá de su lugar como empresa de entretenimiento para unirse a los educadores como adoctrinadores. No solo causará un éxodo de la transmisión de Disney y la asistencia al parque, sino que les costará miles de millones en trato especial perdido que ha existido durante medio siglo en Florida. Cuando Disney World comenzó en los años 70, habían negociado un trato con el Estado para convertir a Disney en un estado dentro de un estado. Tienen su propio gobierno e infraestructura y han recibido consideraciones fiscales especiales durante décadas. Volverse WOKE y contra el Estado que les ha permitido construir un imperio les costará miles de millones en el futuro.