Donald Trump regresó al trono más provocador que en 2016. Sus dichos y amagos causan diversas reacciones entre sus oyentes: risas, júbilo, sorpresa, estupor, ira, angustia… Unas veces parece un demonio enloquecido y otras un loco endemoniado: caradura, insolente, mordaz, amenazante, hiriente, homófobo, socarrón, incitador, sarcástico, pendenciero, radical, extremista, insensible, disruptivo, populista… Sus amenazas, de imponerle aranceles a todo lo que se le ocurre, trae vuelto loco a medio mundo: productores, consumidores, mercados, gobiernos, industria automotriz… Nadie es indiferente a su incontinencia verbal colmada de dislates: •Estoy comprometido a adueñarnos de Gaza… no pagaremos nada…lo convertiremos en un buen sitio para un futuro desarrollo… será la Riviera del Medio Oriente…un lugar hermoso…los dos millones de palestinos que viven ahí deben irse a Egipto y Jordania. •Dispongo que el Golfo de México pase a llamarse Golfo de América; sonido hermoso, apropiado… •Necesitamos Groenlandia; nos hace más grandes y fuertes; la necesitamos por la seguridad nacional, la seguridad internacional y la seguridad mundial. •Necesitamos a Canadá; amo a la gente de Canadá, si se convirtieran en el estado número 51 sería lo mejor que pueden hacer… • El Canal se lo dimos a Panamá y vamos a recuperarlo…China está operando el Canal de Panamá y nosotros no se lo dimos a China…Hemos sido muy maltratados con ese regalo que nunca debió ser otorgado… •Vamos a deportar a los criminales peligrosos de nacionalidad estadounidense…son animales endurecidos…gente horrible que empujan a otros cuando viene el tranvía; que les pegan a ancianas en la nunca con un bate…los enviaremos a otros países, por ejemplo, El Salvador, países que nos cobren una tarifa muy pequeña por mantenerlos encarcelados. •Vamos a volver a los popotes de plástico, los de papel se rompen; no creo que el plástico vaya a afectar mucho a un tiburón, ya que mastican todo lo que hay en el océano… • “Durante demasiado tiempo, Estados Unidos ha acuñado monedas de un centavo que literalmente cuestan más de dos centavos. ¡Es un despilfarro! He dado instrucciones a mi secretario del tesoro para que deje de producir monedas de un centavo… Arranquemos el despilfarro del presupuesto de nuestra gran nación, aunque sea un céntimo cada vez”, decretó después del Super Bowl. Notita: (Producir un penny cuesta 3.7¢; se tendrán que producir más monedas de 5¢; cada moneda de níquel cuesta 13.8¢…saldrá más caro el caldo que las albóndigas). •La única que tuvo una noche peor que los Kansas City Chiefs fue Taylor Swift, salió del estadio abucheada; MAGA (Make America Great Again) no perdona. Trump anda como chivo en la oficina oval. Imagen: elpais.cr