Con Jaime Bonilla se mostró que siempre se puede ser peor. Se esmeró en menos de dos años en quitarle la medalla a Kiko Vega. Lo logró. Pero ante la evidencia de las cifras oficiales que documentan sus malos manejos en el gobierno estatal, la pregunta es por qué repetirá Morena en Baja California con Marina del Pilar, la respuesta es sencilla: usufructuar con la pobreza. Sirvieron las despensas, las laptops y el dinero en efectivo que se dio a la gente más vulnerable de Baja California para ganar la elección del 6 de junio de 2021. La utilidad de la pobreza la capitalizó y por eso, la fórmula continuará hasta que en algún momento se reviente la cuerda. Morena en el Estado tiene una clientela de 831 mil 181 personas a las que solo en 2020 les entregaron 5 mil 938.5 millones de pesos de apoyos o lo que al gobierno federal le llama “Subsidios en beneficio social directo”, estos datos es información que dio a conocer el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas. No se juzga a quien lo recibe, lo que se documenta es el hecho de que Morena capitalizó el 6 de junio el dinero público que entregó. Además de esos recursos, Bonilla recibió Participaciones Federales por un monto cercanos a los 43 mil millones de pesos de noviembre de 2019 a mayo de 2021, de acuerdo con el último dato actualizado de Hacienda. Ese dinero es de libre disposición y por no estar etiquetado puede hacer uso de él sin problemas y a dónde se iría ese recurso, surge la pregunta, seguro a obra no, porque se ha documentado que se tienen los peores niveles de gasto en obra pública, incluso hace unos días Karen Postlethwaite dijo a los constructores de la costa que se van a endeudar para impulsar al sector. Tampoco se destinaron recursos para apoyar a las empresas ante la crisis por el COVID-19 y como resultado se tiene que cerca de 13 mil empresas se dieron de baja en el IMSS. Asimismo, se perdieron 200 mil bajacalifornianos de clase media, esos que atacaron e insultaron recientemente por tratar de tener una vida mejor. De tal manera, Morena demostró su menosprecio por el emprendedurismo porque no le sirve, porque es consciente de la coyuntura por su dinámica diaria y sería un desgaste tratar de convencerlos de que son mejores cuando la realidad exhibe lo contrario. El dispendio del dinero público se mantendrá hasta 2027, mientras las finanzas públicas del Estado seguirán mostrando déficits y donde seguramente veremos más “refinanciamientos” para ir paleando los compromisos de corto plazo condenando a Baja California aún mayor rezago. Por cierto, Fitch Ratings puso en observación negativa a las finanzas del gobierno que lidera Jaime Bonilla, por el uso recurrente de deuda pública, pero eso no importa, porque con mantener los programas clientelares de miles de millones de pesos, para ellos es suficiente, aunque no se han dado cuenta que un día abrirán la caja y no habrá dinero.