Porqué al gobierno de Baja California, con Jaime Bonilla, dando tan pésimos resultados en materia de economía, finanzas, seguridad, educación y salud no le importan los daños evidentes que están ocasionado al Estado: porque tienen un millón de pobres para lucrar. La situación que padecen un millón de bajacalifornianos en el sentido de que su ingreso laboral es inferior a la canasta alimentaria al primer trimestre de 2021, es alarmante para el Estado, pero muy redituable para los morenistas. (https://monitoreconomico.org/noticias/2021/jun/03/empobrecimiento-salarial-de-bc-aumento-en-el-primer-trimestre/) Las frustraciones de no poder comprar lo indispensable para poder vivir bien encontró su válvula de escape en un gobierno visceral, que lo único que hace es echar culpas al pasado y golpear al sector productivo de Baja California, para simplemente no asumir el desastre de su administración. Morena no va a cambiar, no le interesa porque le ha funcionado, particularmente para ganar tres elecciones en Baja California. Además, no pueden cambiar porque su “ideología” es la división aprovechándose de aquellos que con recibir dinero y escuchar que un “funcionario” se lanza contra los empresarios, es suficiente razón para seguir votando por ellos. El discurso de primero los pobres es real, ellos solo ven cuando el gobierno le entrega cerca de 6 mil millones de pesos en programas clientelares, no les importa lo que publiquen los medios de comunicación ni las redes sociales, porque muchos de ellos ni siquiera tienen acceso a ellos o no les interesa, lo que cual explica el más alto rezago educativo en una década en el Estado, de acuerdo con Coneval. (https://monitoreconomico.org/noticias/2021/jun/22/aumenta-rezago-educativo-en-baja-california-advierte-coneval) Por eso vemos que Morena nunca dejó de estar en campaña y tanto los gobiernos estatal, municipales y los diputados, constantemente publican sus actividades que no son más que entregar despensas, mochilas a estudiantes y dinero directo del gobierno federal. Que importa que Bonilla aumente la deuda y aun así no tenga dinero para cumplir compromisos, que importa el estancamiento económico, que importa que pongan candados al sector empresarial, que importa que a la clase trabajadora no lo alcance con su sueldo para por lo menos alimentarse. Mientras sus clientes (los pobres) estén ahí y nadie más les ponga la atención que merecen, para estos “gobierno” será suficiente para mantener el discurso divisionista y los actos circenses. De tal manera, los bajacalifornianos tendrán que preparase para el desastre que viene, sin embargo, a diferencia de que él se supone que se irá en octubre, ahora quien llegará a la silla tendrá seis años y ya amenazó que consolidará su cuarta transformación, que quien sabe qué sea eso.