El CJNG entró en Sinaloa: cuando las estrategias de inteligencia fallan

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Por Yair Mendoza* Se supo desde octubre de 2024. Habían pasado tres meses de la captura del Ismael “El Mayo” Zambada y un mes del inicio de la guerra entre facciones en Sinaloa. Liderazgos de Los Chapos y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) habían negociado una alianza. Así lo dio a conocer en su momento el canal de YouTube Illicit Investigations. Las dos organizaciones, rivales desde hace 10 años, celebraron reuniones en las que acordaron poner armas, balas, sicarios y toda su red de contactos para ganar la guerra en Sinaloa y neutralizar a la facción de Los Mayos. La moneda de cambio: el control —al menos parcial— de nuevos territorios. De acuerdo con Illicit Investigations, esta coalición supondría a nivel operativo que CJNG y Los Chapos pelearían de manera conjunta contra Los Mayos en las entidades pactadas: Durango, Sonora y Chihuahua. A cambio, los Chapitos aceptaban la presencia de más personal y operaciones de CJNG en entidades donde tenían presencia mayoritaria, como Zacatecas, Nayarit y Chiapas. Es decir, el acuerdo no supuso que CJNG entraría a Sinaloa para pelear en el epicentro de la disputa criminal. Rápidamente aparecieron señales que daban credibilidad a esta supuesta alianza. Narcomantas en Zacatecas del CJNG contra Los Mayos, los hermanos Cabrera Sarabia y el Grupo Flechas Fresnillo señalaron que estaba por iniciar la limpieza en la entidad y que se habían creado fuerzas especiales de sicarios de ambas organizaciones. También se observó un aumento en la violencia en Nayarit y Sonora. El análisis de un video infame Esta noticia, que en un inicio llamó la atención de todos los diarios y noticieros del país, poco a poco perdió reflector mediático ante la ausencia de señales y eventos explícitos que clarificaran esta alianza criminal. Los medios viven del rating, se comprende su actuar. No así el proceder de la autoridad que, o bien intentó no darle mayor exposición al tema, o también fue omisa. Pasaron ocho meses para que el tema recuperara foco mediático y el Estado empezara a actuar. El 12 de junio, Armando Vargas, en el portal Expansión, analizó un video que circuló en redes sociales, “en el que un sicario de La Chapiza ejecuta a seis halcones de La Mayiza. Al parecer, el video se filmó al sur de Sinaloa”. El material revela la colusión entre los “Los Mayos” y elementos de las Fuerzas Armadas, pues los sicarios que serían ejecutados confesaron que la razón para estar en el sur de Sinaloa era identificar posiciones de los Chapos y entregarlas a un alto mando militar. También expone cómo a veces la pobreza empuja a las personas a cruzar la línea de las actividades lícitas para sobrevivir, pues uno de los sicarios explicó que su acuerdo laboral con La Mayiza era trabajar por ocho mil pesos mensuales y educación para sus hijos, y que La Mayiza nunca le cumplió. El video da cuenta, además, de cómo las organizaciones reclutan en todo el territorio nacional, pues algunos de estos sicarios eran originarios de Guerrero. El ejecutor de estos hombres termina el video enviando un mensaje a “La Mayiza”: “No los quiero ver en el sur”. Se refiere al sur de Sinaloa, y ése también es un dato relevante. Y finalmente, el CJNG entró a Sinaloa La región sur de Sinaloa es ahora crucial porque, al parecer, cambiaron los términos del acuerdo entre las dos organizaciones criminales aliadas. Ante la percepción de ir perdiendo la guerra, Los Chapos ya han abierto la puerta de su estado, Sinaloa, al CJNG para que les ayude. Para ello necesitan una frontera sur porosa, que deje pasar a unos, pero no a otros. Así, la geopolítica del crimen. Un elemento que abona a esta interpretación es que justo por los días cuando se dio a conocer el video de los sicarios ejecutados, también circuló en redes sociales otro más donde elementos del CJNG, fuertemente armados y uniformados, posan frente a las letras coloridas del poblado de Cacalotán, al sur de Sinaloa. Éste fue el evento que al fin reactivó la atención de los medios y de la autoridad hacia la alianza criminal que amenaza con modificar el equilibrio de fuerzas en el país. Sin embargo, la respuesta del Gobierno frente a la llegada del CJNG a Sinaloa confirma su vocación reactiva. Una reacción con ocho meses de retraso El 14 de junio, el secretario de Seguridad Pública y Ciudadana, Omar García Harfuch, anunció en su cuenta de X que “Por instrucción de la Presidenta @Claudiashein, con el General Ricardo Trevilla Secretario de @Defensamx1 nos trasladamos a Sinaloa con el objetivo de reforzar la presencia con 1,200 efectivos del Ejército Mexicano y 400 elementos más de @SSPCMexico. El compromiso con Sinaloa es permanente.” ¿Acaso esperan una ola de violencia en Sinaloa? ¿Estos 1,600 elementos irán a desincentivar el conflicto con su presencia, realizarán operativos para detener a mandos criminales o se confrontarán de manera directa? Nada de eso se informó. Lo cierto es que desde octubre de 2024 la autoridad se enteró —al menos por los medios— de los primeros rumores de la alianza entre Chapos y CJNG, pero fue hasta junio de 2025, ocho meses después, que se enviaron 1,600 elementos para distender el conflicto entre organizaciones, en lo que parece más un acto para la opinión pública y no el resultado de una estrategia. ¿Dónde quedaron la información y la inteligencia que la actual administración tanto presume? Es altamente probable que la facción de Los Mayos también busque alianzas con otras organizaciones para pelear en Sinaloa o en territorios de CJNG y Los Chapos para hacerlos retroceder. Ojalá la autoridad se adelante a este escenario y no espere a que estallen otras guerras. Recordemos que desplazar tropas implica descuidar otras entidades.