El Estudio Clasista

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“Yo no sé de esas cosas de las clases sociales…”, dice la canción de José Alfredo. La desigualdad, es uno de los principales problemas de México: unos cuantos ricos, poca clase media y millones de pobres. El INEGI publicó un odioso estudio denominado, “Cuantificando la Clase Media en México”, en donde, establece el promedio de ingresos mensuales de las personas de cada clase social:  Clase Baja, 12 mil 977 pesos.  Clase Media, 23 mil 451 pesos.  Clase Alta, 77 mil 775 pesos. Del estudio se desprende que, la inmensísima mayoría de los mexicanos que tienen un empleo, pertenecen a la clase baja. Ganan poco y trabajan mucho. El perfil de una persona de clase alta es: casado, 40 años, estudios universitarios y con negocio o empresa propia. Los datos del INEGI detallan cuáles son los 10 estados con más hogares ricos: Ciudad de México, 3.1%. Nuevo León, 2.8%. Querétaro, 2.4%. Yucatán, 2.3%. Baja California Sur, 1.7%. Sonora, 1.6%. Quintana Roo, 1.6%. Guanajuato, 1.2%. Jalisco, 1.2%. El estudio, 2010 al 2020, arroja que, un millón 023 mil personas pertenecen a la alta sociedad; 47 millones a la clase media aspiracionista y, más de 78 millones, a la baja. Por eso, no es casual que el discurso presidencial vaya dirigido a los pobres, a su público y que, los pobres, se identifiquen tanto con el presidente, sin importarles que los ricos sean más ricos y ellos sigan siendo pobres. Los programas sociales palían la pobreza, ayudan mucho a los pobres, pero no los van a sacar de la pobreza. El reto es: cómo sacar a los pobres de la pobreza. Aunque el presidente diga otra cosa, es preferible, vivir en la clase media aspiracionista que en la pobreza conformista; en la que no vive él, ni los miembros de su gabinete.