Por Céline Perea Profesor Asociado en Ciencias de la Gestión, Universidad de Grenoble Alpes (UGA) Jessica Gerardo Profesor, Grenoble IAE Graduate School of Management Julián de Benedittis Profesor de Gestión de Sistemas de Información, Mines Saint-Etienne – Institut Mines-Télécom El Internet de las Cosas (IoT), blockchain , la inteligencia artificial (IA) o incluso el big data se han vuelto imprescindibles en nuestra sociedad. En los últimos años, las organizaciones han apoyado en gran medida este auge tecnológico llevando a cabo la transformación digital de sus actividades. Sin embargo, la distribución masiva de estas nuevas herramientas tiene un impacto directo en nuestra huella de carbono . Por lo tanto, las organizaciones se enfrentan a un dilema: la digitalización se percibe como esencial para su supervivencia, pero parece estar en contradicción con un enfoque de sobriedad digital necesario en un momento en que se refuerzan los requisitos en términos de responsabilidad social corporativa (RSC) . ¿Cómo se resuelve este dilema en los negocios? Para averiguarlo, nos reunimos, como parte de un trabajo de investigación reciente , con 33 personas dentro de empresas de servicios digitales (ESN). En particular, del análisis de las prácticas existentes se desprende que la conciencia sobre el impacto ambiental de las herramientas digitales sigue siendo particularmente limitada en la actualidad. Varias percepciones En primer lugar, notamos que el término “sobriedad digital” sigue siendo equívoco para nuestros participantes, dejando espacio para la ambigüedad. Si algunos encuestados parecen tener una visión ilustrada, para otros, el concepto no evoca "por el momento no mucho", como admite un ingeniero educativo durante una entrevista. La diversidad de estas percepciones revela diferentes niveles de madurez de sobriedad observados en las organizaciones encuestadas. Hemos identificado cinco principales. En primer lugar, el nivel de refutación, que designa una resistencia a la sobriedad numérica. Los participantes en esta situación se muestran poco convencidos por el valor del enfoque. Por el contrario, algunas empresas se caracterizan por la inacción a pesar de la conciencia de los problemas. Los encuestados en este nivel dicen que están listos para involucrarse si el gobierno o su empresa toman medidas para fomentar la sobriedad digital. Como señaló el referente de RSE de una empresa con la que nos reunimos: “En nuestra escala, no somos nosotros quienes podremos cambiar nada. » Más allá de esta inacción, observamos un nivel de sustitución que se caracteriza por una conciencia más marcada de la utilidad de la sobriedad digital. Los participantes de nuestra encuesta se caracterizan por realizar pequeñas acciones concretas, como la limpieza periódica de los buzones de correo electrónico. Luego, a nivel de optimización , los participantes de nuestra encuesta se involucran activamente en moderar o incluso reducir la frecuencia de uso de las tecnologías de la información, con el objetivo de minimizar sus efectos negativos. Un consultor justifica su enfoque: “Lo digital es un recurso no renovable y por lo tanto hay que salvarlo. […] Es una solución […] pero también es un problema si nos metemos con eso. » Finalmente, el nivel de desaprobación o declive se caracteriza por el deseo de terminar con el uso de las tecnologías de la información o de evitar su uso y adopción. Este enfoque radical refleja una conciencia real y una elección para reducir drásticamente la huella digital. Un gerente de RSE que entrevistamos explica que está tratando de reducir la adopción de nuevas herramientas digitales en su empresa de esta manera: “Una vez que has adoptado algo, te acostumbras y se vuelve casi imposible 'desadoptarlo'. » ¿Por qué llevar a cabo un enfoque de sobriedad digital? Además de cumplir con los requisitos ambientales , adoptar un enfoque de sobriedad digital ofrece una doble ventaja: primero, en un contexto donde el reclutamiento es cada vez más competitivo para muchas organizaciones, la sobriedad digital es un activo importante para su imagen de marca como empleador ; entonces, según nuestros participantes, la adopción de un enfoque de sobriedad digital genera un impacto positivo en el bienestar de los empleados, en particular a través de la reducción en la cantidad de correos electrónicos recibidos. La sobriedad digital representa un gran desafío para catalizar el cambio ecológico y social. Sin embargo, nuestro estudio revela la resistencia de algunos individuos a los cambios necesarios que reduzcan su huella digital. Ante la urgencia ligada a la crisis climática, se hace imperativo profundizar en estos temas al interior de las organizaciones pero también en los círculos académicos que las apoyan.