El jocoso aplanamiento

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Reporteros, ciudadanos, funcionarios, viandantes, cantantes y comediantes fueron convocados por la alcaldesa, Norma Alicia Bustamante, a un suceso por demás hilarante. La presidente Bustamante dijo que, “consultó con ingenieros y expertos”, ¿qué hacer con la cerveza decomisada a los mexicalenses al inicio de la pandemia del covid19? ¿Enterrarla? ¿Tirar el acedo líquido? ¿Reciclar el vidrio y aluminio? ¿Entregarlo a los pepenadores?, ¿Qué hacer?, era la encrucijada, el dilema, el problema... “Tras varios meses de análisis y consultas, al más alto nivel” y, de mantenerse vacilante, irresoluta y titubeante, la alcaldesa Bustamante, tomó una decisión tajante: Destruir, con dos potentes aplanadoras cajas, botellas y latas, con el líquido ambarino contenido, en la plaza principal del Centro de Ferias y Exposiciones. En el singular suceso, que mantuvo expectante hasta a la convocante Bustamante, se destruyeron 85 mil cervezas, de distintas marcas, tipos, envases y denominaciones. Después del aplanamiento, la plaza quedó hecha una mezcolanza de vidrios, cartón, aluminio y corcholatas, un lodazal con olor a cerveza acidulada. Cuando inició la pandemia y escaseo la cerveza, los mexicalenses, que podían hacerlo, cruzaban a Calexico a comprar su cheve. El municipio instaló filtros para decomisar la cerveza, en lugar de tomar la temperatura, lo que enfureció a quienes esperaban hasta cuatro horas para regresar a Mexicali. Siendo Marina del Pilar presidente municipal, pensó en vender la cerveza incautada y, con lo recaudado, construir un santuario animal. La segunda idea era buena, pero, la primera no: ¿Cómo podía vender el municipio la cerveza incautada? Norma Alicia Bustamante tomó, la “trascendental” decisión, de aplanar la cerveza decomisada hace tres años. Menos mal que la incautación, que en su tiempo fue impopular y cuestionable, terminó en un aplanamiento jocoso y jacarandoso, por decir lo menos, no visto en el mundo mundial.