Como en ningún otro documento, es en el presupuesto donde cobran vida las prioridades del gobierno. La presidenta Claudia Sheinbaum entregó su primer proyecto de presupuesto para 2025, y una Cámara de Diputados de mayoría morenista lo aprobó. De entre toda la numeralia, tres características resaltan: autoritario, clientelar, y lópezobradorista. Hay un proyecto autoritario en curso en México. Además de las reformas legislativas, está el presupuesto para contarlo. El INE recibió un recorte de 13 mil millones de pesos (mmdp), o 33% de su presupuesto. Pidió 13 mmdp para organizar las elecciones judiciales, y solo le dieron 4 mmdp: habrá menos casillas electorales, menos fiscalización, menos participación ciudadana y,finalmente,mucho voto duro morenista. El Poder Judicial recibió un recorte de casi 14 mmdp, o 16.5% de su presupuesto. Esto sucede en un país que gasta nada en impartición de justicia: si el promedio de gasto en los países miembros de la OCDE para 2021 fue de 1.76% del PIB, México gastó 0.63%. Los organismos autónomos, entre ellos el INAI y Coneval, recibieron recortes considerables. Pero no importa, porque desaparecerán. El presupuesto para 2025 tambiénserá altamente clientelar. Recortes eninfraestructura: 12.7%, o 122mmdp. Recortes en salud: 12%, o 113 mmdp. Recortes en seguridad: 42.9%, o 34 mil 800 millones de pesos.Recortes inicialmente en educación, de 0.6% en términos reales (entre ellos, 10 mmdp a universidades públicas), pero intervinieron los diputados y le dieron un aumento de 1.6%. También habrá recortes considerables en agua, medio ambiente, y ciencia y tecnología, entre otros. No obstante, los programas sociales clientelares tendrán alzas considerables: 8.9% en aquellos de la Secretaría del Bienestar (sembrando vida, pensiones no contributivas, mensualidades para jóvenes que ni estudian ni trabajan), y 34.1% para protección social (pensiones y jubilaciones). Se recorta el futuro, mientras se profundizan programas sociales altamente opacos, partidistas y que, en muchas ocasiones, han demostrado no funcionar. Ambas tenazas –destrucción institucional y clientelismo político–fueron la estrategia lópezobradorista, la cual rindió enormes frutos electorales. Es ahora también la estrategia claudista, la cual promete considerables riesgos financieros y económicos para el país, así como atrasos en salud, seguridad, educación y otros rubros públicos fundamentales. Peor aún, implicará un mayor debilitamiento del Estado mexicano: como biendeclaró el académico estadounidense Francis Fukuyama, el fenómeno clientelar es inversamente proporcional a la fortaleza del Estado. Es decir, entre más clientelismo político, mayor debilitado estatal; entre menos clientelismo político, más fortaleza estatal. Las reducciones –que rayan en lo criminal– son aún mayores si las comparamos con sexenios pasados. Ni Fox, ni Calderón, ni Peña Nieto se atrevieron a tal centralización del poder, tal aumento en la discrecionalidad presidencial, tal destrucción institucional. Ni cerca. Lo que viene no es nada halagador. Posdata El diputado Jaime Cantón acude a la sesión del Congreso del estado en pants. Arma un espectáculo “vapeando” en plena tribuna. Es lo que sucede cuando a las personas les llega el poder de la noche a la mañana. TikTok: @mxpatriota Twitter: @FernandoNGE