Estrategia Corporativa: Desempleo y muerte, legado de Marina para Mexicali

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De acuerdo con fuentes municipales Marina del Pilar dejará la alcaldía de Mexicali en marzo para enfocarse en su campaña hacia la gubernatura de Baja California. Un nuevo acto chapulinesco de la aún alcaldesa, quien apenas si pasó del año en este cargo público, aunque parece que ya se le hizo costumbre, pues cuando ganó la diputación estatal tampoco completó el periodo para el que fue votada y brincó para buscar la alcaldía. Un poco de suerte, la ola lopezobradorista y el enfado con los gobernantes que estaban en turno en Baja California, particularmente Kiko Vega, le facilitaron el camino. Hoy, a dos años de distancia de la fiebre con Morena, el panorama es muy diferente. Un gran desencanto de los votantes con los resultados federales y estatales, se combinan con una herencia de desempleo y muerte que deja Marina a Mexicali. La primera variable incluye dos vertientes: las muertes por COVID-19 derivadas de la ausencia de acciones para manejar el problema que tiene a la capital del Estado con el mayor número de fallecimientos en BC (1,985, hasta el 13 de diciembre), y la segunda, el crecimiento de 39.2% en los homicidios, con respecto a la última cifra de Gustavo Sánchez, quien además se la dejó con una tendencia a la baja. La otra herencia que deja Marina a los mexicalenses es el enorme desempleo. Hasta el tercer trimestre del año más de 46 mil cachanillas están esperando obtener un empleo digno para llevar alimentos a la mesa de sus hogares, y digo digno, porque de los desempleados hay cerca de 19 mil que de plano se salieron del mercado porque no encontraron una ocupación que cumpliera con sus expectativas salariales y hay que subrayar que alrededor de la mitad lo hicieron antes de que estallara la pandemia, mientras que poco más de 27 mil perdieron su empleo durante la pandemia; de ellos en los registros del IMSS que miden el empleo formal, se indica que la cifra de ocupados en octubre con respecto a marzo tiene una contracción de más de cinco mil empleos. Sí, Marina se va con una enorme deuda con los mexicalenses a los que les prometió vialidades transitables y hoy se tienen las peores calles de la historia; a San Felipe, en lugar de apoyarlo durante la pandemia, le cerró torpemente los accesos llevando a que el puerto registrará cero ocupación hotelera durante la temporada alta de verano, sin que mediara algún apoyo gubernamental decente; su operativo para contener el COVID-19 con los visitantes desde Estados Unidos fue un fiasco y un negocio para alguien que se quedó con la cerveza incautada. La ignorancia de Marina sobre la estructura económica y social de Baja California ha quedado de manifiesto en numerosas ocasiones, pero quedan para la historia dos osos: cuando era diputada, en una entrevista en cadena nacional inventó el número de habitantes del Estado, y cuando celebró los datos de competitividad del IMCO en Mexicali para el periodo de Gustavo Sánchez, atribuyéndoselos ella, ignorante de que se trataba de información del 2018. Con todo, ella quiere ser gobernadora de Baja California, porque, como niña bien, hasta ahora solamente ha estirado la mano para tenerlo. Imagen tomada de Internet